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Los obreros mueven a México, o al menos eso dicen unos en las redes sociales tras la manifestación anti-AMLO de la semana pasada. Si bien son los que hacen el trabajo pesado, los que sudan la gota gorda del país, con un poco de tecnología pueden ser reemplazados por algunas máquinas, así que, entonces, no son quienes nos mueven, como tampoco lo hacen los empresarios, pues, aunque son quienes dirigen a los obreros o tienen las empresas para generar empleos, sin la materia prima y el apoyo del trabajador no son nada. A México no lo mueve su gobierno, ni éste, ni los anteriores, pues claramente se ha visto cómo los gobernantes pueden incluso ser el mayor freno para un país mientras buscan un beneficio propio.

Entonces, ¿quién mueve a México? Lo hacen todas aquellas personas que entre la adversidad se tienden la mano, lo hacen quienes no distinguen entre chairos y fifís, los que se esfuerzan a diario por salir adelante, quienes no quieren jalar hacia abajo al que con trabajo logró escalar. Son quienes con solidaridad le brindan la mano al mexicano que más lo necesita, el obrero que hace su chamba con orgullo y dedicación pero no se conforma con su puesto de trabajo sino que busca ascender. México se mueve por el empresario que piensa en su empleado, que le da bonos para que se sienta parte de una familia, el que los trata como seres humanos, como iguales. México se mueve por la gente con criterio, la gente que busca las oportunidades y no espera a que lleguen a él en forma de apoyo gubernamental.

Para ser un mexicano ejemplar, de los que empujan al país hacia el éxito, no es necesario ser el más estudiado, el de las mejores calificaciones, el fifí más fifí o el chairo más humilde, hay únicamente que mirar y seguir con mucha magia los 5 rumbos del universo: hacia adelante, para saber a dónde vamos; hacia atrás, para saber lo que dejamos y aprender de ello; hacia los lados, para ver quién te acompaña, quién te empuja al éxito, así como quién te jala y envidia; hacia abajo, para cuidarte de no pisar a nadie en el camino, y hacia arriba, para recordar que siempre hay alguien que te guía y acompaña.

México se mueve y se moverá con optimismo y unión entre los mexicanos, pues ésa es la mayor fuerza del país, que no importan las adversidades, cuando los mexicanos se unen superan cualquier obstáculo.

Dejemos por tanto de lado los discursos de división, no idolatremos a falsos mesías, pues nadie es mejor salvador de esta tierra que los mismos mexicanos trabajando en equipo sin envidias ni rencores. Todos somos iguales, todos podemos mover a México si partimos de la alegría y felicidad de ser hermanos, de ser mestizos, de ser mexicanos.

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