Un nuevo día para revivir
David Ojeda Correa: Un nuevo día para revivir
Un nuevo amanecer, con flores primaverales brotando, con una rica ventisca que llega desde el norte y un extremo Sol que despierta como con fuerza de verano. Nace un nuevo día, rodeado de vida, lleno de gente que lucha venciendo sus penas, escalando sus montañas, librando sus batallas. Un nuevo día donde se crean oportunidades y se tienen opciones renovadas. Un día para hacer las cosas diferentes, si algo estaba saliendo mal. Un día para sonreír, pero también para llorar.
Un día para planear nuestros nuevos movimientos cual juego de ajedrez. Un día para que, quienes tienen oportunidad, salgan a mirar el mar y los que no, escuchen las voces de la gente por las calles recordando que existe la vida, que no estamos solos, que vivimos en un mundo al que le aportamos con nuestra actitud, con nuestras emociones.
Nace un nuevo día, un día de vida, donde se nos revela que aún en la muerte hay esperanza, que la muerte es también una victoria: no una enemiga, no una persona… solamente una parte más de nuestra existencia. Sin vida no hay muerte y sin muerte no hay vida, pues también esa lucha por permanecer vivos, por existir, es aquella que nos levanta todas las mañanas, la que nos obliga a ir a la escuela, al trabajo, a servir a los demás.
Un día para aprender de servicio, bien dijo la madre Teresa de Calcuta, quien no vive para servir no sirve para vivir. Resulta que una vida con servicio es plena, quien sirve al otro porque en su interior encontró el amor a sí mismo, entonces ya está completo: amarás a tu prójimo como a ti mismo… es decir, primero ámate a ti, ser valioso, ser de vida.
Hoy es un día de vida, un día de amor, un día de resurrección, un día en donde recordamos el despertar de Cristo que también nos llama a que despertemos, a que abramos los ojos a la vida, a que nos levantemos con los brazos abiertos sintiendo todo aquello que nos rodea, amplificando nuestros sentidos. Es un día para que revivamos con Él, para que nuestro corazón resucite en el amor, en el servicio, en la entrega a nosotros mismos y a los demás.
Es un día para revivir el perdón, pero primero el perdón que necesitamos darle a nuestro corazón, a nuestras emociones y, posteriormente, al mundo venciendo cualquier rencor y recelo.
¡Es un nuevo día! ¡Tú nuevo día! en el que mueves como si guiarás a una marioneta a tu corazón, en donde escribes tu propio libro, en donde tomas tus sentimientos llevándolos hasta el límite.
Te deseo un gran día, una feliz pascua de resurrección.