Marea Roja, consecuencias en la salud
David R. Ojeda: Marea Roja, consecuencias en la salud
Hace un par de días llegué a las bellas playas de Telchac para disfrutar de mi familia, la playa y el grandioso mar que aún conserva su tranquilidad dentro de las ya sobreexplotadas costas yucatecas. Grande fue mi sorpresa, pues al bajar del automóvil sentí un fuerte olor a marisco, claro, estaba en plena Marea Roja y los peces saltaban por sus vidas, como si el llegar a la arena pudiera permitirles respirar más que en el agua, que al ser ocupada por una mancha de algas rojas que genera una toxina que, al entrar en sus branquias, las paralizan.
La razón de acercarse a la playa era intentar no morir por la toxina que estaban respirando, pero eran atrapados por personas que aprovechaban el momento para meterlos en sus redes. Justo frente a la casa varios lugareños recolectaban pulpo y otros moluscos, sin saber que son los primeros seres afectados, los cuales la almacenan en su cuerpo.
Ellos estaban despreocupados puesto que no van a comerse a esos animales, los venderán llevando así a algunos ilusos a sufrir sus consecuencias. Una de las lugareñas me dijo: “llevo años aquí y nunca me he muerto por la Marea Roja, dicen que causa daño pero no lo he visto”. Espero que sea verdad.
La Marea Roja es un fenómeno que se produce cuando se concentra en el mar un número extraordinario de microalgas productoras de toxinas junto con determinados factores del medio ambiente que tornan favorable su multiplicación, como la contaminación que altera el PH del agua.
Estas microalgas tornarán de un color rojizo-pardo el agua, drenan el oxígeno y liberan una toxina que paraliza el sistema de los animales marinos, los cuales al morir no cambian de color ni muestran un olor diferente, por ello los departamentos de salud recomiendan no recolectar ni consumir animales provenientes del mar durante la Marea Roja.
La gravedad de la intoxicación por marea roja en humanos depende de la cantidad de la toxina ingerida, es importante saber que las toxinas no son inactivadas por la cocción, el agregado de vinagre o limón, por el consumo de alcohol, ni ningún “antídoto” mágico.
La intoxicación puede ir desde una leve indigestión, acidez estomacal, una fuerte gastroenteritis o un cuadro mortal. Si se trata de una enfermedad grave suele iniciar un hormigueo en los labios, lengua, boca y cara; luego se extiende a todo el cuerpo y se pierde la fuerza muscular (puede desencadenar en parálisis, dificultad respiratoria, náuseas, mareos y vómitos).
Estos síntomas suelen aparecer dentro de los 30 min y 24 horas después de la ingesta. En esos casos severos, se utiliza epinefrina, esteroides, se brinda apoyo respiratorio por medio de intubación y se espera la evolución (¡suerte!), la cual, si se logra, generará algunas secuelas a futuro.
Lo bueno es que son muy pocos los casos severos reportados y que estos se dieron principalmente en quienes consumieron moluscos, principalmente la almeja, ostión y mejillón.