Siempre agradezco al maestro Jorge Esma el espacio que le da a mi teatro en el Festival Internacional de la Cultura Maya. Esma me conoce desde que empecé a estudiar teatro y de mis tiempos como maestra en el Cecuny. Yo lo conozco como un visionario. Cuando me invitó a hacer una función de la obra que hice con las internas del Cereso, le dije que era imposible, que la experiencia fue única y la sensación de encierro que experimentaron los asistentes al entrar al penal era imposible de repetir. Olvidé que para Esma no hay imposibles, me hizo una contrapropuesta: representar la obra en la ex penitenciaría Juárez. Nos iban a abrir algunas celdas y el público vería la obra en el escenario natural de la cárcel. No pude negarme a esa propuesta. Remonté la obra con actrices, los testimonios de las internas ahora tienen otra piel y otra voz. Los espectadores vivirán la atmósfera de muros altos, rejas cerradas, pasillos interminables y pequeñas celdas. A la par escucharán los testimonios sobre homicidio, trata de personas, robo y prostitución. Así como los horrores que se viven bajo arraigo y cómo sobrevivir largas condenas en la cárcel.

El gran dolor de las mujeres en prisión es que los familiares no les permiten ver a sus hijos, muchas de ellas pierden contacto con ellos, contacto valioso que a veces es irrecuperable. La gran duda es si los niños deben visitarlas y saber que ellas están en prisión. De cualquier modo, la sentencia se hace más larga al saber que sus hijos crecen lejos de ellas, pues, aunque suene a cliché, algunas delinquen porque son madres solteras y deben mantener a sus hijos. Para hacer este texto las reclusas respondieron algunas preguntas: ¿Aprendiste algo bueno aquí? ¿Qué pensaste cuando te sentenciaron? ¿Cómo es tu relación con Dios? ¿Qué es lo que vas a hacer cuando salgas de aquí? La obra tiene una duración de setenta minutos y se presenta hoy 26 de octubre, a las 21:00 horas, en la ex penitenciaría Juárez. Entrada gratuita. Agradezco también el amor y la solidaridad con la que Susi Estrada, Ilse Morfín, Susan Tax, Oswaldo Ferrer y Addy Teyer se unieron al proyecto. La música original es de Iván Aguilar y la iluminación de Esaú Corona. Compartir estas historias con el espectador me hace creer que estas mujeres, que hoy purgan largas condenas, estarán por el tiempo que dure la representación más allá de las rejas.