por:
|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Dicen que alabanza en boca propia es vituperio, me imagino que lo habrá dicho alguien que no hizo nada en su vida, jajaja, o en realidad tenemos que ser humildes y no hablar de nuestros logros. Me imagino que los que leen deben de estar diciendo: este gordito ya está disvariando y les respondo: ehhh ni que fuera el Peje. Esto viene a cuento porque el martes 4 se conmemoró el décimo aniversario luctuoso de don Héctor Herrera, “Cholo”, y fue una cosa maravillosa leer en las redes las hermosas palabras de la gente hacia él y que al tiempo y la distancia siguen recordando lo que hizo.

Ahora yo pregunto: ¿se tiene que morir alguien para que puedan hablar de todo lo que hizo en vida?, porque cuando un artista es joven y tiene muchos logros a base de talento y trabajo, a muchos les cuesta trabajo reconocerlo; por ahí hay una frase que dice: “Honrar, honra” y sin duda no nos quita un pedazo reconocer el trabajo de algún artista por joven o mayor que sea. He escuchado muchas voces de cariño hacia los Herrera por el trabajo que realizamos en un teatro regional familiar durante más de cien años y 6 generaciones, y me siento sumamente orgulloso de pertenecer a una dinastía que ha luchado contra viento y marea por mantener un formato teatral que refleja y fortalece nuestra identidad como yucatecos. La familia Herrera es la única dinastía que ha trabajado ininterrumpidamente durante más de un siglo en el teatro regional.

Hoy agradezco que mi tatarabuelo don Héctor Herrera Escalante haya sembrado la semilla del amor al teatro en nuestra familia, y que la continuaran sus hijos Mario, Fernando y Daniel, “El chino”, Herrera, quien rompió las barreras nacionales e internacionales para dar a conocer la comedia yucateca en todo el mundo con una carrera muy prominente en televisión, radio, teatro y cine; Sakuja, quien imprimió un enorme amor por el teatro regional y trabajó duro hasta conseguirle un hogar propio como fue el teatro Héctor Herrera (el nombre del tronco de la familia) y Cheto, quien nos mostró el camino para realizar en escena a un yucateco de una manera muy particular y recordar con gran alegría personajes que inmortalizó como el Niño Pitahaya o el propio Cheto Chulim, y qué decir de don “Cholo”, quien sin duda fue un gran revolucionador del teatro regional; hay un antes y un después de don Héctor en el teatro regional, marcando una gran historia en el teatro de la 64 con infinitas noches llenas de alegrías y aplausos, y Héctor Manuel y Fernando Herrera, quienes durante varias décadas han mostrado un gran dominio del escenario en cada puesta en escena en que han participado, y don Mario Tercero con más de 50 años de trayectoria, toda una vida dedicada al teatro, quien tuvo la oportunidad de participar con la Compañía Nacional de Teatro y estelarizó una serie que se llama “Corazón contento” que la puede ver en Amazon Prime.

No podría decir si el teatro regional seguiría existiendo si la familia Herrera no hubiera continuado como muchas que se quedaron en el camino, pero sí puedo decir que aplaudo a todas las familias que han forjado este hermoso género, el teatro regional familiar.

Lo más leído

skeleton





skeleton