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Hoy es un día especial para los cristianos: nace Jesús, y con el perdón de los que no lo son, quiero dar las gracias por un año más de vida, aunque muchos dirán que no hay nada que agradecer a este 2020 que se va, porque sin duda sorprendió a la humanidad entera: tormentas, huracanes, explosiones, crisis económica y una pandemia que sigue afectando el aspecto económico, social y emocional. Todos esperan que termine este 2020 para iniciar de nueva cuenta, y con actitud positiva; hay mucha ilusión, aunque también hay mucha inconsciencia de la gente, se están confiando con la vacuna, y sólo van a complicar más las cosas. La Ciudad de México ya está en semáforo rojo en pleno auge comercial y turístico por las fechas, y eso que, según el New York Times, debieron haberlo declarado dos semanas atrás para no poner a miles de mexicanos en peligro de muerte; claro que nada es extraño en las medidas para combatir la pandemia, porque sin duda la Presidencia de la República sólo ha mostrado ignorancia y terquedad en el tema.

Para muestra un botón: en días recientes corrió por todo el mundo la noticia de que en Inglaterra el virus mutó a otra cepa, y varios países de Europa cerraron sus fronteras a los procedentes de Inglaterra, pero a la Ciudad de México llegaron dos aviones de Reino Unido y que entran como Juan por su casa, no sólo no se cerraron las fronteras, sino que tampoco hubo un operativo especial para checar a los pasajeros y no permitir que se siga expandiendo esa enfermedad en nuestro país. Pero eso sí, hicieron una gran fiesta por tres mil vacunas que llegaron al país. ¿Sabrán cuánto suma la población total? Da alegría la llegada de la vacuna, pero el número es irrisorio.

Lo que también es irrisorio es el trabajo del alcalde Julián Zacarías en Progreso, se necesita carecer de vergüenza para tener el puerto principal lleno de huecos y en pésimas condiciones, y ahora que se acercan los días para elegir candidatos se pone a hacer acciones en el primer cuadro; de veras que no tiene vergüenza. Si es real que se compró una casa en Temozón en 32 millones, pues qué le pueden importar unos cuantos huecos a este señor. Claro que eso de no tener vergüenza en todos lados se ve, como Carmen, y no la que perdió la cadenita, sino la que fue llamada Reina del sur y no precisamente por sus buenas acciones, sino por sus escándalos, y basta ver cómo estaba su hotel antes de ser alcaldesa, y cómo quedó después que salió. Creo que hasta una proceso hay pendiente con la Federación.

Pero sigamos en el tema, ya hicieron público los diputados federales que buscan su reelección, como Juan José Canul, que es diputado por el 5 federal, y creo que le diremos El fantasma, porque no se vieron por ningún lado los resultados de su trabajo, y aun así quiere volver a la curul. No tienen vergüenza, pero qué puedes esperar si basta con oír al presidente decir que todo está bien, para darse cuenta que hay desfachatez. Hoy disfruten el día, que se abracen y den gracias por lo que tienen, y a nombre de este huiro le digo a todos Feliz Navidad, masinó.

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