Literatura maya, un renacimiento

Edgar Rodríguez Cimé: Literatura maya, un renacimiento

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Dice el libro La encarnación de la profecía Canek en Cisteil, de Pedro Bracamonte y Sosa, hablando de ilustración entre clases sociales de la etapa colonial en la Península de Yucatán: los mayas mostraban mayor interés en aprender a escribir correctamente el castellano y no los españoles, al grado que existían macehuales como tutores de ibéricos.

Hablando del universo mesoamericano, de la ilustración de la cultura de Occidente por las élites nativas, surgen en la etapa colonial joyas literarias de pensadores mayas: el Popol Vúh, libro sagrado de la creación de la civilización maya; y los Chilam Balam, interpretaciones de la historia propia en los siglos XVI y XVII.

El mismo Kan Ek se valió en 1761 del alfabeto grecolatino usado en el Reino de España para que los escribas mayas convocaran a los halachuinikes a la esperada rebelión contra los “dzules”. Las convocatorias fueron parte de la estrategia central para reunir a la mayor cantidad de ellos en Cisteil, buscando liberar a la nación maya.

También los lingüistas extranjeros hablan de la “continuación de las letras mayas” durante el largo periodo de la llamada Guerra de Castas, de 1847 a 1902, cuando por la propia necesidad existió un auge de la literatura maya: rituales para atraer la protección divina, proclamas de lucha, convocatorias, cartas entre halahuinikes, acuerdos internos entre la nación maya…

Entre el inicio de la vida libre de tributos y trabajos forzados, con la llegada de las tropas constitucionalistas del general Salvador Alvarado, enviado por los gobernantes de la capital del país, en 1916 y hasta los años 80, la nación maya sobrevive en la Modernidad entre la continuidad de la industriadel henequén (ahora del Gobierno), la pobreza y el silencio de sus escribas.

En la década de los 80, con el final de la Cuenta Larga, 5,126 años (tiempo “cíclico” en que el sistema solar: la Vía Láctea, vuelve a alinearse en el universo elíptico como al inicio del Big Bang), la energía espiritual e intelectual se reactiva y, mediante los primeros talleres literarios en el sureste, inicia el renacimiento de la palabra escrita en idioma maya.

Creadores, científicos, humanistas, nuevos “Kanekes”, brotan robustos después de caer la lluvia del cielo que alegre riega las milpas en Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Sobre la tradición de los cuenta-cuentos, las oraciones sagradas de los Hmenes, y las canciones de pueblo, con la técnica aprendida surgen nuevos talentos en poesía, teatro, lingüística, relato, novela, comunicación.

Publicaciones locales y extranjeras; antologías nacionales y de otros países; inclusión en diccionarios internacionales de escritores; libros, infantiles o de creadores, trilingües; tutorías en doctorados en universidades; conferencias en universidades del mundo; creadores de métodos de enseñanza del maya; miembros de la Academia Mexicana de la Lengua.

Algunos frutos: el doctor en lingüística Fidencio Briceño Chel, ha sido tutor en doctorados y posdoctorados en Universidades de Europa y Estados Unidos; Pedro Pablo Chim Bacab, poeta, ha hablado de literatura maya contemporánea en la Universidad Modelo, en Mérida, Yucatán, y la Universidad Landívar, en Guatemala; Bernardo Caamal Itzá es conferencista de saberes originarios en universidades locales y extranjeras. 

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