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Es claro que el inicio de un nuevo calendario, un nuevo mes o una nueva semana no será el fin de ninguna crisis de salud o económica, es decir, un cambio en la nomenclatura no es igual a un cambio mágico en nuestra realidad, pero para el cerebro humano sí representa una oportunidad de ver la realidad de una forma diferente.

Todas y todos necesitamos un reinicio, que acabe con las malas y falsas noticias, que acabe con el pesimismo y con el exceso de egoísmo e individualidad; más que nunca es necesario construir una sociedad que esté consciente de que nuestras acciones individuales afectan a la colectividad, y por lo tanto debemos ser prudentes y sensibles, siempre teniendo en cuenta que nuestra realidad no es necesariamente la que viven todas las personas que están en nuestro entorno o más lejos de el.

El 2021 es el inicio no sólo de una nueva década, sino de un nuevo estilo de vida, un nuevo renacer; en vez de enredar y enredarnos sin hacer nada, tendríamos que nacer o comenzar en cada situación. Aprendamos de todos los aciertos que tuvimos el año pasado y recuperemos lo que el virus nos robó.

En este nuevo inicio recordemos eso que dábamos por sentando como algo natural: un abrazo, una conversación cara a cara, un viaje o un momento con la familia, eso que durante casi un año dejamos de vivir y sentir, así como un cuestionamiento y replanteamiento de nuestra relación con el trabajo, los límites y nuestros espacios, esto último de suma importancia para tener una mejor calidad de vida.

Este año debe ser el que marque la pauta para re-adueñarnos de nuestro tiempo y de nuestra vida; por ejemplo: ¿qué tanto espacio en nuestra vida ocupa nuestro teléfono celular?; añoramos nuestra convivencia familiar, pero ¿pasamos la mayor parte del tiempo en el celular cuando convivimos con nuestra familia? Es así como debemos aprender a decir no, algo que va en contra de nuestro deseo de agradar a los demás. No a las reuniones por zoom a las que no quieres asistir, no a rodearte de personas tóxicas, no al trabajo fuera de horario.

No olvidemos que, si queremos tener un mejor año, no sólo tenemos que imaginarlo, sino tenemos que trazar las metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo específico. Y por último también aprender a descansar y a estar con nosotros mismos, como diría aquella frase: “El tiempo que disfrutas perdiendo no es tiempo perdido”. Se trata de tener el control sobre un todo, así que a ti que me lees te deseo y te auguro un 2021 lleno de un reinicio positivo que lleve al autocontrol añorado.

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