|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Desde el inicio de la pandemia, uno de los grandes debates es ¿qué tan autoritario tendría que ser el Estado para controlar el problema? Si bien al principio muchas personas defendían el derecho a decidir sobre el uso de cubrebocas, gel antibacterial y otros instrumentos para la disminución del riesgo de contagio, conforme han pasado los meses se hace más evidente la irresponsabilidad de la ciudadanía para seguir las reglas y cuidar a la colectividad.

El común denominador de la mayoría ha sido seguir todas las recomendaciones falsas que se publican en las redes sociales; pasamos de la quema de hospitales para que no acepten a personas contagiadas con Covid-19, a excluir al personal médico del transporte público, a la toma de sustancias tóxicas, a la negación de la toma de temperatura para que no nos cause “cáncer” o el termómetro o el robo de huellas por parte de los oxímetros y en algunos medios ya comenzaron a decir que las vacunas tienen chips para controlar nuestra mente.

Cuidar las ideas, los datos, las opiniones que escuchamos es una buena manera de mantener la salud mental. ¡Se requiere conciencia crítica de nuestra parte! Cualquier infografía, cualquier video, cualquier publicación, cualquier mensaje de redes sociales debe ser analizado y cuestionado.

Lamentablemente las noticias falsas han sido mucho más virales que las que buscan que la ciudadanía se cuide y eso ha desembocado en que los números de casos activos se mantengan al alza, aunado a la irresponsabilidad de la ciudadanía para continuar ampliando sus círculos activos de convivencia, fiestas fuera de horario, ausencia de uso de cubrebocas y demás comportamientos nocivos.

Por el otro lado, el gobierno del estado ha implementado diferentes mecanismos de control para la ciudadanía, al inicio el cierre de negocios no esenciales, avanzando hacia la ampliación de espacios peatonales para poder transitar en el centro histórico y la restricción de los espacios disponibles en restaurantes y gimnasios; sin embargo, eso poco ha podido disminuir la tasa de contagios y hospitalizaciones, por lo que dichas medidas han tenido que ser más estrictas no sólo restringiendo la movilidad que teníamos desde el año pasado, sino que ahora se aplican multas económicas altas para quien transite entre las 11:30 p.m. y las 5:00 a.m., además de las restricciones en las playas y malecón de Progreso, entre otras medidas.

Por lo que de nuevo regresamos al debate: ¿debemos tener un gobierno autoritario? O ¿nuestra ciudadanía debe ser más responsable? Definitivamente quienes defendemos los derechos humanos nunca buscaremos tener un Estado opresor, pero ante una ciudadanía que sigue actuando de manera individual en vez de buscar el bien común, tal vez un gobierno que nos regañe y cuide será, temporalmente, lo que se necesite para evitar no sólo los contagios, sino también las muertes innecesarias.

Lo más leído

skeleton





skeleton