Esta semana mis letras las quiero dedicar a las mujeres que me han tocado en este camino de la vida. Valientes, bravas, fuertes, silenciosas, aguantadoras, emprendedoras. A ellas, que han llorado, sufrido, caído pero al final siguen vivas, no todas en este planeta, sino algunas en la memoria de los que aquí quedamos porque marcaron una diferencia en el camino en el que aún seguimos avanzando.

La desigualdad permanece, sobre todo en las comunidades más alejadas de las urbes, pero creo que los esfuerzos no han sido en vano y la diferencia de nota.

En los últimos cinco años los pasos han sido más firmes, porque también son más visibles las pérdidas de vidas a manos de los seres humanos que al creer que las amaban las destruyeron, sin importar que en muchos, muchos, dejaron sin madre a niños que también eran parte de su sangre, pero éste no es un asunto normal.

El 8 de marzo, una vez más, conmemoraremos esta fecha que nos permite hacer un alto en el camino y reconocer los esfuerzos de igualdad de género que se ven en Yucatán y México, aunque no del tamaño que hay en países de América Latina o Europa.

El trabajo de las mujeres dentro y fuera de los hogares es mucho en la política, en las empresas, en las organizaciones altruistas, en fin. En todos los sitios donde se les permita aportar su granito de arena.

La Organización de las Naciones Unidas decidió que este 2019 el tema fuera: Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio, que pretende incluir a los hombres en este asunto, para no dejar a nadie atrás. En alguno de sus documentos la institución asegura que las ideas de mejoramiento de nuestras vidas pueden impulsar la carrera por la igualdad de género hasta la meta para 2030.

No sé qué tan real sea, lo que sí es que conozco cada día más mujeres que desde adentro están promoviendo los cambios, así como otras que para mala fortuna de todos, aun de ellas mismas, utilizan sus influencias para impedir que evolucionemos como sociedad, y me parece que esas son más peligrosas que las que con un arma acaban con la existencia. Prefiero pensar en María, Rocío, Ana, Cristina, Rossana, Josefa, Juana, Leona, Carmen, y un sinfín que hicieron su parte.

Hay otras cosas más que conmemorar esta semana, el día de la familia (no importa cómo esté conformada, es el núcleo de la vida de cada uno); el día de la naturaleza que también debemos cuidar porque seguimos en esta tierra deteriorada por el daño del hombre; el día internacional de la audición para reconocer la importancia de quienes por alguna razón son diferentes a los demás; día de la biodiversidad, y así muchas fechas más para recordarnos todas las cosas que hay a nuestro alrededor y que no siempre queremos ver.

Yo mientras aprovecho que es lunes y de Carnaval para compartir con todos los que apoyan las causas diversas en favor de una mejor vida. ¡Que sea feliz!