|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El Día Internacional de la Mujer dejó una estela que decidí comentar porque me parece que trajo ese respeto del que antes había escrito pero no había sentido. Este año, por lo menos en Yucatán, se crearon dos distinciones que considero destacadas: una en el campo de la inclusión, la otra porque salió desde un Poder Legislativo que presume su paridad.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención fueron los miles de mensajes en redes sociales o en medios de comunicación que dieron a conocer, por fin, que no es un día de celebración, sino una conmemoración que habla de la lucha por conseguir la igualdad en salarios, todavía lejana, o evitar a toda costa la agresión.

La cantidad de felicitaciones se fue al lado del homenaje, así lo sentí, en voz de hombres con los que he tenido la oportunidad de trabajar, o en quienes desde sus trincheras son palabra de un colectivo que al enviar su mensaje dejan un precedente.

Escuchar a un amigo locutor hablar del respeto, me dejó desde muy temprano un buen sabor de boca, y comenté que era la palabra con la que me quedaba.

Aún lo sostengo. Llevo años participando en un mundo de letras que a pesar de las muchas mujeres que me precedieron no había sido tan fácil como ahora.

La discusión presidencial sobre la forma de proteger a las mujeres agredidas en los refugios que existen en México, y el final retroceso de la política pública me pusieron a pensar en que hay una fuerza mucho mayor que antes.

En estos días de tantas discusiones por la desaparición o transformación de los programas federales, se desató la polémica por el retiro del dinero para refugios de mujeres agredidas y su forma de operar, pero días después se dio a conocer el plan de acciones emergentes para garantizar la integridad, la seguridad y la vida de mujeres y niñas en México.

El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó que todo quedaría sin cambios, aunque bajo la supervisión del Estado y en coordinación con el DIF, la Secretaría de Gobernación y organizaciones de la sociedad civil.

La violencia contra mujeres y niñas aumenta todos los días; según cifras oficiales, 66 de cada 100 mujeres sufren a manos de su pareja, esposo, novio, familiar, escuela, trabajo, autoridades o personas extrañas, tan es así que diariamente son asesinadas nueve mujeres y niñas en el país.

A pesar de las cifras, me quedo con los cambios en la cotidianeidad del 8 de marzo, con las aportaciones de los varones, con las frases de los compañeros de trabajo, con los premios a las artesanas que aportan su esfuerzo y creatividad, con la sonrisa de quienes fueron reconocidas por décadas de entrega a una tarea, pero sobre todo me quedo con el respeto que sentí.

Por eso hoy aprovecho que es lunes para agradecer a todas las mujeres que caminaron antes en este sendero en la defensa de nuestros derechos y en favor de una mejor vida. ¡Que sea feliz!

Lo más leído

skeleton





skeleton