Derechos humanos
El poder de la pluma
Cada 10 de diciembre en el mundo se conmemora, no me parece que sea una celebración, el Día de los Derechos Humanos, que, según la organización de las Naciones Unidas, pretende hacer coincidir la fecha con el día en que la Asamblea General adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948.
Estas garantías pretenden ser para todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento, ni ninguna otra condición. El tema es complejo porque tiene que ver con todos los que habitamos el planeta y que las creencias de los mismos humanos -desde tiempos remotos- hacen difícil de cumplir por diversas razones.
En Yucatán, donde la sociedad civil organizada busca las formas de obtener recursos para ser vistos y obtener esas garantías incluso planteadas en los documentos internacionales, aún queda mucho por hacer.
Cuestiones simples de educación básica como no estacionarse en un sitio para discapacitados. No tapar con un vehículo una zona de descenso o ascenso de silla de ruedas, tener acceso en edificios privados y públicos para quienes sufren una discapacidad y así muchas otras. Y entonces no tiene que ver más que con una cuestión de derechos quién merece tener el lugar más cercano a la puerta.
Sobre todo que la discapacidad de repente se entiende solamente para una persona que requiere para moverse una silla de ruedas, aunque hay otros tipos de discapacidad que de repente no son considerados.
Y pareciera que como personas, en muchas ocasiones, nos falta el más común de los sentidos para convivir, incluir, colaborar o participar con quienes son diferentes pero no mejores ni peores.
Otros temas relacionados con los derechos humanos son planteados últimamente en redes sociales, donde pareciera que podemos volcar toda nuestra ira con cualquiera sin importar el tema, si conoces al sujeto al que le escribes, si tienes conocimiento suficiente del caso para emitir tu opinión, el tema es ser ofensivo y destruir cualquier reputación, aunque eso lleve al otro a perder su modo de vida o su tranquilidad personal.
Por eso este año me gusta que la campaña dirigida por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos está diseñada para hacer visibles a los jóvenes de todo el mundo que muestran su oposición al discurso de odio y la intimidación. Hay otros temas en esta fecha, incluido el cambio climático, pero lo que me llama la atención es el objetivo de cambiar el discurso de quienes forman hoy la mayoría de la población y que usan las redes sociales para externar su opinión y por lo tanto generar un mejor contenido que se pueda replicar.
Dice la misma campaña que la juventud siempre ha sido la principal impulsora de la transformación política, económica y social. Y creo firmemente en eso.
Por eso aprovecho que es lunes para buscar a otros que como yo quieren vivir en comunidad inclusiva en un mundo de paz. ¡Que sea feliz!