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Mi impresión de la Navidad de este año es el tráfico que hay todos los días en Mérida. Apenas son las cinco de la tarde y pareciera que todos quienes habitamos en la capital de Yucatán necesitamos ir a algún sitio. Y esa situación puede durar hasta tres horas, ya que las filas en las calles son de hasta seis cuadras y yo me pregunto: ¿a dónde vamos a parar?

Antes había escuchado que somos la ciudad que más vehículos vende, pero buscando información en la internet resulta que estamos fuera –afortunadamente- de la lista de los cinco que más compra.

Eso significa varias cosas que debemos observar a lo largo del primer semestre de 2020, porque, si no se toman cartas en el asunto, la cantidad de migrantes de otras ciudades y países así como el afortunado número de turistas que recibimos todos los días podría provocar un caos mayor.

Perder horas en el tráfico es algo que no le gusta a nadie y las molestias que eso provoca en los conductores son supremas. Tocan el claxon como si eso hiciera la diferencia en el avanzar del vehículo. Sus caras de frustración son supremas y a eso agrégale esos humanos que bajan el vidrio de su ventana para dedicarte su ofensivo repertorio.

Es sabido que la hermosa CDMX es uno de los lugares donde los embotellamientos son el pan nuestro de cada día, sin embargo hay otras ciudades de México que también presentan este problema.

La empresa de análisis INRIX hizo en 2018 un estudio llamado Global Traffic Scorecard, donde clasificó más de 200 ciudades de 38 países de acuerdo con el tráfico que presentan y 15 urbes de México muestran una cifra mayor.

Hace más de una década tuve la curiosidad de sumar la cantidad de horas que algunos compañeros de universidad hacían a la semana dentro de su automóvil en la fantástica Ciudad de México y quien más me criticaba se sorprendió al descubrir que cuando le iba bien pasaba 29 horas en su vehículo moviéndose de un sitio a otro.

Tendría que hablar con más expertos para hacer un diagnóstico profundo, así que dejaré hasta aquí este tema, aunque les prometo que continuaré mi investigación para decidir si quiero seguir manejando mi auto en esta ciudad que avanza hacia el caos en caso de no ponernos de acuerdo sobre la movilidad.

Mientras, les cuento que esta es una de mis temporadas favoritas en el año porque muchas de las personas que me rodean andan de buen humor y eso es algo que disfruto, no importa el tráfico.

Este es un año diferente porque en casa no hay arbolito, esferas ni foquitos pero hay ambiente navideño, algunos de los cientos de Santa Claus de la colección privada de la Tía Mango salieron a acompañarnos, tenemos salud, estamos juntos, así que en familia celebraremos el cumpleaños de Jesús con el ánimo de siempre.

Por eso aprovecho que es lunes para desearles a todos una feliz Navidad, que espero disfruten en compañía de quienes elijan. ¡Que sea feliz!

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