Un día sin nosotras
El poder de la pluma
El llamado nacional a que las mujeres en México no tengamos vida pública el próximo 9 de marzo ha provocado reacciones de todo tipo a mi alrededor y no soy la excepción al escuchar las opiniones tan diferentes que se generan a favor y en contra de esta acción que comenzó siendo totalmente cívica y a la que hasta el presidente López Obrador y su esposa han llevado a otras dimensiones.
La ola de violencia contra las mujeres no ha disminuido, por el contrario, pareciera crecer y con los días instituciones educativas públicas y privadas, autoridades, comercios, empresas, medios de comunicación e incluso personalidades del medio artístico se han unido a la convocatoria que pretende visibilizar la situación a la que se enfrentan diariamente las mujeres. El nueve nadie se mueve, como se convoca a las féminas del país a no hacer actividades públicas, es una jornada para visibilizar la violencia ejercida diariamente contra nosotras.
Un millenial en mi oficina piensa que esa ausencia solo dejará el espacio libre a los hombres para que dominen el mundo, una periodista -que yo respeto- me comentó que no veía la necesidad de hacer una protesta porque no pensaba que las mujeres tuviéramos una vida difícil, casi me desmayo.
También conversé con una asesora en finanzas que me explico que ella pensaba realizar una manifestación parecida a los orientales, donde de lo que se trata es de ir al trabajo y realizar su labor para no afectar la economía del país, pero lo haría en silencio, vestida de morado para hacer notar su solidaridad con el movimiento.
Y así, he leído a quienes han escrito para defender las posturas de Beatriz Gutiérrez Müller unas horas apoyando y otras contra este llamado nacional, del presidente de México al asegurar que este movimiento tendrá libertad pero que deben asegurarse de que no sea infiltrado para que no pase como al presidente Allende en Chile.
Ya veremos lo que resulta del movimiento, ojalá que cosas buenas, legislaciones eficientes, conciencia de las mismas mujeres de proteger y apoyar a quienes conforman su género.
No sé en qué terminará este llamado, lo que me gustaría es que el resultado fuera el fin de la muerte de niñas y niños por razones equivocadas, que la agresión a nuestro alrededor termine por desaparecer, porque se trata del respeto a la vida, de poder vivir en paz, que ningún ser humano sin importar su género tenga miedo de salir a la calle.
El 8 de marzo es una fecha emblemática en la historia de la lucha de las mujeres, que también genera opiniones encontradas, pero fue institucionaliza en 1975 por la Organización de las Naciones Unidas para recordar la deuda de los estados civilizados de todo el mundo con la igualdad de derechos, de oportunidades, beneficios en el desarrollo y paridad en las decisiones políticas. Hay avances, pero aún hay pendientes.
Yo aprovecho que es lunes para felicitar a mujeres que hacen grandes aportaciones a mí alrededor y que celebro que hayan nacido. A Wendy, Uri y Nazhja todo mi cariño. ¡Que sea feliz!