Heriberto Arcila: médico de alma grande
El poder de la pluma
Cuando buscas en internet el nombre de Heriberto Arcila Herrera encuentras datos como ex presidente de la Academia Yucateca de Medicina y Cirugía, ex titular del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán, cofundador del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, fundador del Centro Médico de las Américas. Y muchos datos de su fructífera vida laboral, porque además fue maestro de varias generaciones de extraordinarios médicos; sin embargo, del ser humano pocos relatos hay.
Yo lo conocí como su paciente hace muchos años, en el siglo pasado, cuando comencé mi batalla con el peso (que no he perdido gracias a Dios) aunque con menos ansiedad que en esa época.
Heriberto Arcila siempre fue un doctor diligente, paciente para relatar en español simple las condiciones de lo que ocurría en el cuerpo humano con alguna enfermedad y el porqué de los cuidados que invitaba a seguir. Escribo en pasado porque él decidió dar de baja su documento como especialista ante la Secretaría de Salud aunque después de ello –para mi fortuna y la de quienes quiero- sigue alrededor de nosotros como guía.
Recuerdo que hace diez años tuve un incidente bastante complejo que me llevó a permanecer en cama cerca de cinco meses y durante todo ese tiempo, en el principio, fue guía para encontrar al especialista idóneo para solucionar el tema, además consultó en algún congreso ante especialistas de varios países si había posibilidad de solución y durante la recuperación me llamó todos los días para preguntarme si estaba bien.
Eso es lo que habla del ser humano, del que se preocupa por el otro, que está atento.
En el libro “Entendiendoal paciente con enfermedad de Parkinson” de los doctores Jorge Efraín Salazar Ceballos, María del Carmen Frías Castañeda y César Álvarez González, mi querido Heriberto comparte su testimonio como paciente y asegura que Dios lo ha tratado bien, porque “la evolución de la enfermedad en mi persona ha sido buena”. Siempre ha contado con el apoyo de su esposa Paquita, como sus afectos conocen a la Q.F.B María Francisca González Franco, quien es amiga y compañera, una mujer encantadora, de extraordinaria voz baja, siempre con un comentario dulce para los oídos.
Hablar bien de quien te cuida, tener la palabra correcta en el relato, llamar a los que recuerdas con cariño, preocuparte de tus amigos, seguramente de tus familiares, ya que tiene hijos y nietos hermosos siempre amables con los demás, habla bien del ser humano que vivió en otros países, tiene compañeros de varias décadas, escribe poesía, ofrece ideas para hacer funcionar negocios, es elocuente y siempre me aconsejó hacer algo de emprendimiento (algún día lo haré), por eso le debo cien mil llamadas, horas de conversación, mucho de dejar el sobrepeso, ganas de aprender, amor a las frutas y la posibilidad de estar escribiendo mis letras.
Hoy aprovecho que es lunes 6 de abril para desearle el mejor cumpleaños del mundo y enviarle abrazos festivos. ¡Qué sea feliz!