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Cuando niña, en mi vida, el calendario no estaba dividido como hoy en día, más bien se regía de tiempo de escuela y días de vacaciones. Sobre todo porque al menos unos 45 días del año se tenían que vivir cerca del mar, con menos reglas de las que teníamos en Mérida, aunque con más responsabilidades que se convertían en la divertida forma de vida en semanas de primavera o verano.

Creo que de ahí, sin saberlo, nació mi tiempo dedicado a la limpieza de playas, a evitar que las personas a mi alrededor dejen los arenales de cualquier parte del mundo llenos de colillas de cigarros, uno de los desperdicios más comunes, no importa si estás en los arenales de Bali, Progreso o Puerto Rico.

Hay otros tipos de basura que se dejan en las playas, sobre todo desperdicios de convivencia humana, que sin ningún pensamiento responsable se acumulan para dañar ese mismo paisaje que buscamos para relajarnos.

Según la Organización de las Naciones Unidas, los océanos cubren más de 70% de la superficie del planeta y absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por los humanos, aminorando los impactos del calentamiento global.

Por eso cada 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos a fin de recordar el papel que esta masa de agua juega en nuestras vidas, ya que son los pulmones del planeta, funcionan como abastecedores de alimentos, más de 3,000 millones de personas dependen del mar como fuente principal de proteínas, y otros tres mil millones dependen de la biodiversidad marina y costera para sobrevivir.

La conmemoración del Día Mundial de los Océanos fue propuesta en 1992 a fin de celebrar los océanos que comparten los países de mundo, crear conciencia del papel que desempeñan en las vidas de los seres humanos así como la forma en que las personas podemos trabajar para protegerlos.

Investigando acerca del mar encontré que la contaminación por plástico provoca daños a los recursos marinos; ocho millones de toneladas de plástico al año terminan en el mar, lo que afecta la vida silvestre, la pesca y el turismo. El plástico genera gastos de ocho mil millones de dólares en daños al ecosistema marino cada año. Otro tema importante es que las corrientes marinas llevan la basura de un país a otro sin importar el objeto en cuestión y la acumulación de artículos que se encuentran en los arenales puede ser sorprendente.

Este año el festejo será en línea gracias al Covid-19 con el tema de innovación para un océano sostenible, y los expertos del mundo hablarán en una plataforma, como es el nuevo mundo ahora de quienes son los que trabajan para mejorar la salud del mar con tecnología, infraestructura de sistemas, gestión de recursos, productos de consumo, finanzas y exploración científica, entre otros. Habrá que verlos o escucharlos, pero sobre todo ser conscientes de los beneficios que deja al planeta tener un mar sano.

Mientras yo aprovecho que es lunes para felicitar a mi querido reintenso Edwin Góngora, un extraordinario ser humano que cumpleaños. ¡Que sea feliz!

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