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Finalmente, después de seis meses me atreví a abrazar a mi hermana. El momento fue indescriptible porque pude volver a sentir la solidaridad, cariño, respeto, compañerismo y todos esos sentimientos que nos profesamos porque hemos sido compañeras de este camino llamado vida y aunque estoy segura de que nos sabemos queridas por la otra, ese momento fue suficiente. El contacto hizo la diferencia.

Entonces me quedé con la imagen de ese video que se hizo viral en las redes sociales: de dos niños que cuando se alcanzan a ver corren uno a los brazos del otro y simplemente se demuestran sin pena la felicidad que sienten de encontrarse.

Toda esta historia sería diferente si no estuviéramos en contingencia. Todavía no ha llegado ese momento para poder ver a los que queremos y perdernos en el apapacho, porque el peligro para la salud de todos es inminente, pero me queda claro que la cercanía deja buenas cosas físicas en el otro.

Leyendo en la red sobre el tema del abrazo, encontré una lista de beneficios que van desde incrementar la confianza y seguridad hasta fortalecer el sistema inmunológico, tema que debería ser nuestra preocupación ante el cambio de estación y la llegada de la influenza.

Según una publicación de salud en España, los abrazos favorecen la oxigenación de los tejidos, lo que permite mejor vida a nuestras células, disminuye la presión arterial, ayuda al cuerpo a reparar los músculos más rápidamente, además de que tienen otros efectos que parecieran sorprender a los investigadores, aunque aún falta mucho camino científico para recorrer en este tema. Sin embargo, hasta hoy los estudios permiten tener la certeza, así como ahora sabemos que el lavado de manos debe durar al menos el tiempo que nos lleva cantar dos veces el feliz cumpleaños, así un abrazo debería durar al menos 20 segundos para que sea efectivo, según un investigador llamado Venturian Arana.

El especialista explica que cuando abrazamos a otro liberamos oxitocina, serotonina y dopamina, lo que reduce el cortisol y adrenalina que son las hormonas que se elevan en una situación de estrés, pero además provoca sensaciones de felicidad y bienestar que dan como resultado una mejora de la autoestima, que a todos nos hace falta siempre.

Después de leer más cosas, entendí que no podría explicar cómo ese momento con mi hermana alimentó mi alma, pero me parece que había pasado demasiado tiempo. Entonces aplica el uso de cubreboca, careta y hasta esos productos que personas en el mundo han inventado como una especie de guante para el cuerpo a fin de que puedas hacer que el otro se sienta feliz.

Puedes ir de la incredulidad al asombro de entender lo que nuestro cuerpo puede hacer por nosotros mismos si nos tomamos un poco de tiempo para alimentarlo bien y darle el descanso que requiere. Pero un abrazo (bien protegidos) es como un vaso de agua, no se le debería negar a nadie.

Hoy aprovecho que es lunes para felicitar al talentoso compañero de viaje Edson Pompa, quien eligió este día para cumplir años. ¡Que sea feliz!

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