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Hoy es lunes de Santos Inocentes, así que escribir sobre los propósitos de Año Nuevo podría resultar un poco irónico. Me he contagiado de la tradición familiar y en esta curiosa fecha no cuento mentiras, no hago maldades, pero tampoco me comprometo con absolutamente nada. Es una especie de pase libre anual en el que poco cuenta, aunque todo se disfruta.

Recuerdo que hace unos lustros el asunto se limitaba a que las personas a tu alrededor te pidieran prestado algo, ya sea dinero, una joya o cualquier objeto que tuviera al menos un valor sentimental y al momento de entregárselo de buena fe escuchabas el “inocente palomita que te dejaste engañar, no sabes que el día de hoy nada debes de prestar”.

Hoy estas prácticas que llegan a los titulares de las noticias en radio, televisión y medios impresos van más allá. Los medios de comunicación hacen bromas o publican contenido de tal modo que la información parezca real. Se trata de dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año.

En México se celebra en casi todo el país, y aunque no es un día feriado se toma como una importante festividad que casi siempre se disfruta, a menos que tu inocencia te provoque incidentes incomodos.

Por eso me puse a pensar en qué pasaría si no existieran las mentiras de ningún tipo y que estuviéramos obligados a decir la verdad siempre. ¿Seríamos felices?, ¿existiría la política como es hoy?

Frases como “estoy en la esquina”, “es la primera vez que pasa”, “no me importa llevarte”, “te ves super bien”, “claro que quiero ir”, “no comí nada”, “estoy por enviarte el texto” no se leen peligrosas, pero cuando se multiplican rápidamente y alcanzan sitios inimaginables podrían cambiar el rumbo de la vida.

Dicen los especialistas en psicología que “mentimos porque es lo correcto para no traspasar ciertas barreras irrenunciables” y es que de otra forma decir la verdad todo el tiempo sería insoportable. ¿Será?

No lo sé. Quienes tienen buena memoria podrían sostener sus verdades durante siglos, pero cada día pareciera más común que las personas te relaten varias versiones de la misma historia sin recordar que ya te han contado el cuento. Y que estás enterada de que en sus dichos hay un sinfín de verdades diversas sobre un mismo acontecimiento.

Según he leído, inventar estadísticas es la forma más directa de engaño y es, lamentablemente, de lo más común, ya que otorga “seriedad” a las letras de quienes envían un mensaje, no importa la plataforma en la que lo hagan.

Y así mejor disfrutemos de la fecha de los inocentes pensando que es el último lunes de este 2020 que nos ha dejado muchas lecciones de supervivencia, que nos deja momentos de agradecimiento para quienes nos han hecho más placentera la jornada.

Hoy aprovecho que es lunes para felicitar a mis queridos amigos Rey David, Claudia y Sara que esta semana tienen la fortuna de celebrar sus cumpleaños. ¡Que sea feliz!

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