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Mucho se está comentando en estos días respecto a la legalización del aborto. No encuentro fundamento para tanto movimiento de grupos opositores y aunque yo me declaro abierta y radicalmente anti-aborto, pienso que los esfuerzos deben dirigirse a los protagonistas más que a los legisladores.

Hay que hablar a embarazada, su pareja, la familia y en forma muy importante a los ejecutores, para crear la concientización de no-aborto, y así quienes lo practiquen estén plenamente conscientes de sus alcances fuera de figuras verbales, que, sin ser descartadas, no han logrado su objetivo de fondo.

Si los movimientos feministas en los que hay madres y futuras madres alzan la voz, como lo hacen para buscar el reconocimiento a los derechos de la mujer y llevan el tema del aborto a mesas de discusión, si son coherentes seguramente llegarán a acuerdos que legalicen el aborto bajo ciertas condiciones y dentro de un universo de personas conscientes de no desear cometer homicidios y feminicidios en niñ@s por nacer. Hay casos que obligan por razones médicas.

Algo similar sucede, como expongo en el libro que estoy por publicar: si se autoriza la Muerte Asistida en Salud (MAS), como lo están en algunos estados de la Unión Americana y varios países de Europa, se evitaría la violencia que conlleva este acto y, en un estado de tranquilidad, seguramente muchos suicidas potenciales tendrán la oportunidad de pensarlo y encontrar otras soluciones a su problema antes de quitarse la vida.

Creo muy justo que en un estado de derecho las y los ciudadanos ejerzan sus libertades de acción sobre lo más elemental que es su propio cuerpo, abortando o suicidándose, pero tratándose de un pueblo cuyos integrantes hemos demostrado en muchos actos que somos peores que salvajes, entiendo que estas cosas tengan que ser así, cediéndole a otros el derecho de decidir sobre nosotros mismos, ya que hemos probado no tener juicio para que se nos deje en libertad de ejercer ese derecho y es cuando grupos radicales y autoridades con demostrada incapacidad para dirigirse correctamente incluso ellos mismos toman la dirección de nuestras vidas .

Es momento de unirnos ya, ¿o necesitamos golpes más fuertes para entenderlo? Los actos de uno afectan a todos.

Ya vivimos que, aun con dinero, no se puede comprar la vida y también que la naturaleza nos está dando una segunda oportunidad para vivir armónicamente con ella, las plantas, los animales, los ríos.

Qué nos pasa… hoy es el momento de reiniciar tomando las obligadas experiencias que estamos viviendo y pensar que quizá es verdad lo que nos dijo CRISTO JESÚS hace más de 2000 años: ÁMENSE.

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