Navidad
El poder de la pluma
Se respiran aires navideños y de una Navidad que, a pesar de las restricciones que nos impone la pandemia, será cálida y los sentimientos que ahora traemos a flor de piel podremos canalizarlos hacia el amor, la condescendencia, el perdón, la tolerancia, etc. por el momento navideño que vivimos. Presiento que esta Navidad será menos populosa, sin grandes festividades y reuniones tumultuosas y nos permitirá recordar su verdadera esencia.
Razas, nacionalidades y niveles socioeconómicos se pintan de bellos colores azul, amarillo y rosa, llevándonos a la reflexión obligada: somos pequeños, podríamos decir insignificantes, en el cosmos, vulnerables y sólo podemos superar estas condiciones sensacionales uniéndonos, como dice la oración universal, porque somos hijos el mismo padre y por consiguiente hermanos.
El texto de la realidad que estamos viviendo nos dice claramente que somos uno y que lo que le acontece a uno le afecta a todos. Los orígenes y las causas de esta situación pierden importancia ante la realidad que supera cualquier experiencia vivida por esta generación. Estamos en una verdadera crisis universal. Recuerdo un principio chino que dice: la palabra CRISIS se escribe con dos símbolos que, por separado, quieren decir uno PELIGRO y el otro OPORTUNIDAD. No la oportunidad de aprovecharse de las necesidades de otros, sino la oportunidad de SERVIR, sacando lo mejor de nosotros mismos, conscientes de que nada hay más importante en la vida que la salud y que cuando ésta no puede ser adquirida ni con dinero, entonces resulta que el dinero no es tan importante como pensábamos.
Hay personas regalando la ropa que no usaron durante mucho tiempo y que quizá nunca vayan a usar, otras ayudando mediante condiciones más humanas a quienes acuden a ellos solicitando ayuda, unas más suspendiendo momentáneamente el cobro de rentas al inquilino, como es mi caso, o acordando formas de pago más acordes con el momento. En fin, estamos siendo mejores seres humanos para con nuestros congéneres y hasta con los animales y la naturaleza. Posiblemente esta situación “no pase y todo vuelva a ser como antes”, como dice la poesía, pero es seguro que estamos cambiando. No cabe duda que se aprende más en el sufrimiento que en el gozo. ¿Y ENTONCES?...
ENTRE OTRAS COSAS: Es de llamar la atención cómo se han desarrollado estrategias para compensar la ausencia de los niños de las escuelas. Ahora los padres pueden evaluar lo difícil que puede resultar esta actividad de mentor en el hogar, porque tienen que ser más congruentes con la forma de enseñar y sus propias costumbres. AGOTADOR, ¿verdad?