¿Guerra?
El poder de la pluma
Me enviaron el artículo de un político ugandés, país africano del que su embajador, hace algunos años, me hizo el honor de inaugurar una exposición del artista Batik Díaz Conti en la Cámara de Diputados en la Ciudad de México. Por la relación afectiva, me interesé y fue grato encontrarme con un documento que lleva a reflexión profunda en estos momentos de crisis mundial. Él ha vivido guerras en su país y nos dice que actualmente el planeta está en guerra, pero con un enemigo invisible, despiadado, que no se ajusta a ningún convenio internacional, ni respeta zonas neutrales, mujeres niños ni ancianos. Dice que en estos momentos lo menos importante es la conservación económica, porque el deseo debe ser conservar la vida, ni importa tanto el progreso, ni la comida cuando sólo se desea sobrevivir para volver a comer algún día.
Hoy a los empresarios no les debe interesar la situación financiera de su negocio, sino sólo pedirle a Dios para quizá volver a abrirlo un día muy deseado. El planeta está en guerra con un enemigo insaciable que lo que busca a toda costa es muerte, no le interesan nuestras riquezas naturales ni nuestros recursos económicos para apropiarse de ellos… NO, sólo le interesa la muerte. ¿NO PODEMOS ENTENDER ESO? Hablamos de recuperación económica cuando debemos estar ocupados en la conservación de la vida propia y de nuestros semejantes. ¿Requerimos más muertes?
Que los responsables de la economía se ocupen de esas cosas, nosotros, pueblo, debemos reaccionar y ser más sensibles ante el sacrificio de tantas personas del servicio de salud que han muerto tratando de salvar vidas. El personal de las instituciones, concretamente del IMSS, podría ser más estricto en la instrucción y la observancia de las reglas del cubrebocas y de sana distancia, que no se está respetando en los pasillos y salas de espera pudiendo hacerse porque el espacio existe para ello. Las personas que van a reuniones de esparcimiento no están conscientes de esta guerra de exterminio. ¿No lo estarán hasta que se pierda toda la capacidad de control y la gente empiece a morir en las calles? Restauranteros, CIERREN y permitan a sus empleados cuidarse y cuidar a su familia. El dinero puede comprar medicinas pero no la salud. Han caído personas conocidas nuestras que contaban con todo el dinero necesario para salvar su vida y no lo lograron. Por respeto no menciono sus nombres: el multimillonario T.M. y el reconocido pintor F.P., entre otros. DESPIERTA HUMANIDAD.
ENTRE OTRAS COSAS. Éste para mí es un momento de profunda reflexión: ¿QUE HARÉ CON MI VIDA SI SALGO DE ESTA? Es una reflexión que debió acompañarme siempre, ya que lo único que tenía seguro al nacer es que iba a morir y de haber tenido conciencia permanentemente de esto las decisiones que tomé en mi diario vivir hubieran sido siempre las mejores.