Ciclos de vida
Elman Rosado Arce: Ciclos de vida
Cuando la vida nos ha regalado la oportunidad de medir nuestra edad en décadas, sabemos que la aventura tridimensional terminará, y estamos muy seguros de esto porque vemos el efecto del tiempo en nuestro cuerpo. Esto sucede generalmente. En lo personal, he tenido temporadas recientes en las que he sentido mi escasa presencia protagónica en el entorno, tanto de los asuntos materiales como en las situaciones de simple opinión. La vigencia de mis opiniones ya no es la misma. He empezado a darme cuenta que los espectadores son los que motivan la presencia y calidad de los actores. Me he dado cuenta también que estoy rodeado de personas, hijos, hija y sobrin@s etc., y comprendí que tenía que aprender a ser padre y tío de personas exitosas.
Esto ha sido un gran motivante en mi vida actual, porque he encontrado un campo útil para desenvolverme. Aprender a ser padre y tío de personas exitosas es todo un reto, que he tomado y lo estoy desarrollando con entusiasmo. Los observo cometer errores y permanezco (en lo posible) callado y respetuoso, sabiendo que están aprendiendo. Antes me adelantaba a tratar de evitar que los cometieran y ocasionaba problemas por mi interferencia. Ahora disfruto tranquilamente de sus aciertos, que son más que sus errores, y me siento orgulloso de ell@s.
No es fácil dejar actuar libremente a personas cuyos resultados nos afectan de alguna manera, hasta que me di cuenta que hoy me toca ser pasajero en un vehículo del que no soy el conductor, como en su momento, los conductores de hoy, fueron los pasajeros de ayer, en un vehículo llevado por mí.
ESTOY APRENDIENDO A SER PADRE Y TÍO DE PERSONAS EXITOSAS.
ENTRE OTRAS COSAS: Grata sorpresa fue observar el comportamiento del Policía 3º. Pedro Ramón Oxté López, cuando quedé detenido en prolongación de Montejo, con una llanta ponchada (pinchada). Solicité ayuda a la patrulla que pasaba para que me enviara auxilio vial y le manifesté mi urgencia, el sr. Oxté me preguntó el por qué de mi urgencia, a lo que le comenté que tenía que llegar al hospital para recibir mi tratamiento de radiaciones. Con premura pidió autorización a su base y rápidamente procedió a cambiar la llanta, sin permitirme intervenir con ningún esfuerzo. Observé que sin importar que no fuera un especialista en esta operación, realizó el trabajo con diligencia y pulcritud. Por eso, es este reconocimiento, y al secretario de Seguridad, por la formación de sus elementos.