Malas relaciones... pésimos resultados
El poder de la pluma
En nuestra sociedad el positivismo pide a gritos predominar sobre la gente negativa, deseando que esta mala vibra se extinga a través del tiempo. Una relación de mala calidad o mal llevada siempre traerá inestabilidad a los aspectos tanto personales como profesionales. En la formación de tu equipo de trabajo, buscarás siempre los mejores elementos, así como los deportistas buscan a los de más alto rendimiento.
a gente comprometida, que se ponga retos a sí misma, con disciplina y que esté abierta en todo momento al cambio, ésa es la que necesitas. Sin embargo, en ocasiones la negatividad nos empieza a dominar y comenzamos a buscar culpables ante los objetivos no logrados.
Aquí te comparto 5 verbos que causan que tus relaciones no funcionen:
1.- Callar.- Cuando callas en vez de expresar tus sentimientos, pensamiento e inclusive tu opinión, estás propenso a que nada se solucione. Guardarte las cosas sólo terminará empeorando la relación a largo plazo. Calla sólo cuando te toque escuchar a una persona.
2.- Ignorar.- La falta de reconocimiento al personal que labora contigo puede provocar que tu gente se desmotive y no le termine poniendo todas las ganas a los procesos siguientes. Con un reconocimiento puedes cambiar todo un carácter o hacer que vibre la buena energía.
3.- Hablar con rodeos.- Cuando le das vueltas a las cosas y no vas al grano, la gente se da cuenta y te pudiera etiquetar como una persona deshonesta. No inventes nada y tampoco busques excusas, habla directamente y con la verdad. Las mentiras piadosas no dejan de ser mentiras.
4.- Negar.- Tienes que ser empático con las personas y ponerte en sus zapatos. Cuando te niegas la oportunidad de hacerlo, se complicará en demasía que comprendas la situación de cada uno y que aceptes a tu compañero tal y como es. Esto incluye que te aceptes a ti mismo.
5.- Olvidar.- Cuando estás en relaciones diversas y no aprendes de cada una de ellas, no esperes que dichas relaciones avancen y te dejen algo positivo. Nunca olvides quién te ayudó y quién te hizo mejor persona, pues esa es la base de tu crecimiento. Ayuda mientras puedas.
Si haces que los verbos anteriores dominen tu vida, no esperes cumplir los objetivos de la misma, tanto de forma personal como en equipo.