El día internacional de los pueblos indígenas es parte de las efemérides de agosto. En el marco de esta conmemoración recomendada por la ONU y signada por nuestro país, en Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, se llevó al cabo, el 11 y 12 del mes en curso, el Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas, convocado por el Consejo Nacional de Mujeres Indígenas (Conami), versión México. Para este encuentro se esperaba la asistencia de un centenar de mujeres representantes de todas etnias nacionales. El lema del evento es por demás sugerente: Much’táambal máasewáal ko’olelo’ob ku jit’ik u tojbe’enilo’ob (Entretejiendo lucha para ejercer nuestros derechos). Mi granito de arena en este evento fue platicar sobre la importancia del reconocimiento y los alcances jurídicos del Derecho Consuetudinario, además de leer unos poemas de mi nuevo libro.

Entre las organizaciones políticas indígenas actuales, la Conami goza de amplia credibilidad, de ahí sus 21 años de trabajo fecundo en la cohesión étnica y de género en este segmento de población estigmatizado por la cultura dominante.

Dentro del mismo contexto, en Campeche, el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Secretaría de Cultura tienen programado un importante Taller de Creación Literaria para mayablantes en el municipio de Calkiní. Tengo la impresión de que estas actividades creativas son cardinales para el descubrimiento de personas con competencias en la narrativa en prosa o verso. El tutorar el crecimiento de los futuros literatos es vital para la permanencia de esta manifestación tan representativa de nuestra cultura ancestral.

No tengo conocimiento de que en nuestro estado se hubiera agendado alguna actividad por las autoridades encargadas del ramo indígena. El próximo cambio de gobierno puede ser un distractor para pasar por alto esta efemérides. Lo más fácil es un discurso sin tortas y ahí nos vemos.
Según la Organización de la Naciones Unidas (ONU), la promulgación del día de los pueblos indígenas lleva el propósito de promover y proteger los derechos de los pueblos originarios; entre esos están los derechos lingüísticos, que al parecer son cada día más vapuleados en México (Continuará).