En internet se violan derechos humanos
El espionaje electrónico es un ataque a la privacidad en distintos medios escritos y digitales que no se ha desmentido.
La Asociación Mexicana de Internet señala que en el país existen 65 millones de internautas; considerando el aumento diario de personas que se conectan a la red, podemos afirmar que el número de usuarios de la web ha sido superado. El Inegi, en su boletín “Estadísticas a propósito del día internacional de internet”, coincide con la cifra señalada. De manera directa o indirecta el contacto con la red es algo cotidiano en el grueso poblacional. Según las estadísticas, cada mexicano se conecta al día por siete horas con catorce minutos, motivo por el cual algunos futuristas como Negroponte nos colocan en una incipiente era digital en donde el bit prácticamente derrotó al átomo.
La brecha digital sigue disminuyendo; lo no contemplado en esta realidad es que la mayoría de los usuarios desconocen la violación a sus derechos humanos en la red, bajo el argumento de la seguridad o por cuestiones mercantilistas. Esta violación comienza con la seguridad de la mayor potencia mundial, basada en el programa USA Patriot Act, el cual realiza un espionaje a través de la red, para detectar en todo el planeta a personas no gratas por cuestiones de terrorismo, actos criminales y hasta para prevenir la migración.
El espionaje electrónico es un ataque a la privacidad en distintos medios escritos y digitales que no se ha desmentido. Joe Belfior, funcionario de Microsoft, ha admitido que Windows 10 “monitorea la actividad del usuario”, pero, según el citado empresario, nada de lo que hace el programa tiene fines de conspiración ni viola la intimidad, sino lleva únicamente el propósito de “planear futuras aplicaciones personales”; finalizando, Belfior se regodea: “No es posible evitar que Windows 10 envíe información de uso a la empresa” [https://www.merca20.com].El espionaje electrónico, la geolocalización, el monitoreo de llamadas telefónicas, intervención de comunicaciones en dispositivos y comerciales indeseados son algunas de las tantas violaciones cometidas, tanto por instituciones de seguridad como por empresas privadas; en el colmo de la fatalidad, las reformas a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión legaliza la localización de personas a través de su teléfono móvil sin autorización.
Otra vertiente para introducirse en la privacidad es la que se realiza a través de cookies; estas herramientas pasan desapercibidas para el usuario común, se disfrazan sutilmente y se toman por inofensivas, cuando en realidad son un agente informático acopiador de la información sobre consultas en Internet.