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Como el tres, el siete, el nueve, el trece y otros números, el cuarenta tiene importancia tanto en nuestra vida actual como en nuestra historia. Una sentencia repetida tres veces es inapelable, es sinónimo de que lo que se dijo es verdad. Siete días de la semana, siete semanas para que el producto esté completamente formado en el vientre materno en el caso de los seres humanos, siete colores del arco iris, siete llamas en la metafísica y otras enseñanzas, siete veces el largo de la cabeza en el resto del cuerpo si este es armónico, etcétera.

Cuarenta años por el desierto el pueblo Judío, cuarenta días de cuidados después del alumbramiento, cuarentena o distancia que deben guardar los enfermos con enfermedades contagiosas, cuarenta días de Cuaresma religiosa.

Este número tiene que ver mucho con la preparación y la purificación. Sin embargo, para muchos fue y sigue siendo solamente una temporada de preparación antes de las vacaciones de Semana Santa y Pascua.

Ha pasado mucho tiempo y parece que ya es tiempo de dejar la distracción de las vacaciones de Semana Santa.

Cada vez son muchas más las personas que están reflexionando sobre estos cuarenta días y están dándole un significado más útil; como aprovecharlo para una dieta, para realizar un trabajo por mucho tiempo pospuesto o sencillamente para meditar un poco sobre lo que hemos hecho o dejado de hacer y organizarnos para poner en orden algunas cosas.

Ya es tiempo de dejar atrás tantas viejas y retrógradas costumbres, y comprender que nuestro mundo se encuentra realmente en crisis política, social y económicamente. Los alimentos están contaminados y sobre todo el agua está siendo agotada.

Queda claro que las propuestas de los políticos tienen que ser orientadas a la solución de estos problemas, como muy claro está que la solución no está en la confrontación y sí en la comprensión.

En REEDUCARNOS.

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