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Algo le sucedió a Yucatán, al menos en la semana que recién transcurrió, porque la tranquilidad se alteró bastante: nada menos que tres parricidios, o sea, el asesinato de un hijo –mínimo- a alguno de sus padres. Y, aparte de ello, los tres chamacones que cometieron los “presuntos” crímenes (todavía por imputar; por el momento, son inocentes hasta demostrar lo contrario), al parecer, no andan nada bien de sus cerebritos.

Fijarse bien: en la semana anterior (o menos) se registraron los tres crímenes en razón de parentesco: el primero fue el domingo 16, cuando un sujeto asesinó a su madre y su abuela en una casa del fraccionamiento Del Arco, en Mérida, y dos días después, en la madrugada del 18, un individuo mató a su padre e hirió de gravedad a su progenitora en la población de Hoctún. Ambos acusados fueron enviados al Hospital Psiquiátrico para determinar su salud mental.

Pero este asunto no acabó allí. El viernes, en Tekax, otro descerebrado (supuesto, para que no se aloquen los derecho-humanistas ni los aparatos de justicia que privilegian la presunción de inocencia en aras de una dizque democracia), bajo la influencia del alcohol y de supuestas drogas, le asestó varios machetazos a su señor padre para ultimarlo.

En términos generales, hay cuatro casos de acusados de cometer homicidio que fueron enviados al Hospital Psiquiátrico Yucatán para ser examinados por especialistas y determinar su estado de salud mental: el primero fue un individuo que acuchilló y dejó gravemente herida a su hija de tan solo cinco meses de edad; fue inimputable porque padece de síndrome psicótico.

Y sobre este asunto, al final, el sujeto estaría quedando en libertad porque, presuntamente, podría llevar su tratamiento fuera del nosocomio, además de que no sería imputable para ser procesado judicialmente. ¿Por qué? Buena pregunta. Cosas de la ley,.

El segundo se trató de un canadiense que hirió con arma blanca a su esposa y terminó estrangulándola con un cable. Todavía está en valoración. El tercero es el individuo que mató a su mamá y a su abuela y el cuarto es el sujeto que despachó a su padre y dejó tuerta a su madre.

PRIMERA CAIDA.- Sobre el caso Del Arco: “Sentía que estaban sobre mí, porque sabían que tenía algo grande que valía mucho, todos estaban contra de mí, era un complot”, precisó ante el juez en turno.

SEGUNDA CAÍDA.- De los expedientes Hoctún y Tekax: Los presuntos asesinos son conocidos en sus pueblos por el excesivo consumo de alcohol y drogas.

TERCERA CAÍDA.- Oh, ¿y ahora quién podrá defendernos de estos supuestos “lurias” (con todo respeto, no se vayan a enojar los activistas “mochos”)? Porque de que pueden salir libres, no lo descarten.

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