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Bueno, ahora resulta que el malandrín que intentó robar un mísero celular en una combi de pasajeros, en el Estado de México, y que terminó como “Santo Cristo”, puede meter al bote a sus agresores y, claro, demandarlos por una buena lana, siempre y cuando las informaciones no se vayan por el lado de “falsas” o también calificadas como “fake news”.

De todas maneras, en México siempre habrá la posibilidad de que al malandro le vaya mejor que a su víctima.

O sea, el diablito pasaría a la categoría de angelito y acabaría siendo una víctima más del sistema de justicia. ¡PLOP!

El tipillo, por supuesto, terminó en el hospital con todo y oxígeno (sólo falta que también digan que sufre de Covid-19), y unos abogados, al parecer consultados por la familia del ratero, sostienen que pueden ganar un juicio y, por ende, repartirse un buen filón de plata.

Independientemente de si el raterillo de poca monta se merecía o no recibir semejante madriza, aquí vale la pena preguntarse si es válida la justicia por propia mano (en este caso, de varias manos, o si, de plano, hubiera sido maniatar al rata y entregarlo a la policía, no sin antes darle, siquiera, unos buenos “collarines”.

Entonces, qué hubieran hecho ustedes si, en el supuesto, se ven en una situación similar. Por ejemplo, en Yucatán, chance y lo hubieran amarrado en un poste y rociarle de mentadas de madre, pero hasta allí (no obstante, toda paciencia llega a perderse algún día).

Ah, vale la pena recordar que en determinados rumbos de Mérida, en meses anteriores, los vándalos también suelen hacer de las suyas y los vecinos, que son sus constantes víctimas, los han agarrado y, por lo menos, les han dado su pequeña ración de moquetazos, para después someterlos y amarrarlos en un poste. Hasta allí ha llegado la “justicia por propia mano” de los yucas, pero la paciencia también empezaría a acabarse y más en tiempos pandémicos donde la banda ya está harta de las prohibiciones y demás ordenamientos, aun sean por su potencial bienestar.

PRIMERA CAÍDA.- ¿El rata mereció ser golpeado, insultado y hasta jugueteado su “sisifrís” por los demás inquilinos de la combi que salieron más furiosos que un chairo en defensa de su líder AMLO-vich o de un conservador en respaldo a sus héroes que le dieron plata y libertad… para ser corrupto?

SEGUNDA CAÍDA.- ¿El pillastre debió ser maniatado por los ocupantes de la combi y, simplemente, entregado a los policías para que, al cabo de 24 ó 36 horas, saliera libre burlándose de todo mundo y asaltando al primer incauto que pase a su lado?

TERCERA CAÍDA.- ¿Los dizque héroes, ya nada anónimos y también con caras de súper vándalos, se pasaron de ver…dolagas al golpear salvajemente al malandro o, la neta, hicieron lo correcto?

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