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Entre la semana pasada y la actual, con toda la debida “Susana distancia guardada” (en ámbitos internacional y local), se registraron dos hechos que llaman a la reflexión. El primero, en los “yunaites”, y el segundo, en Ciudad Caucel.

El primero es que Mr. Trump, alias el “Pato Donald”, salió más fregón que cualquier otro mortal sobre la tierra. Perdió su oportunidad de reelegirse como mandamás de los gringos, "poch gringos" y sus lambiscones en todo el mundo, y a falta de trabajo bien pagado en su tierra, encontró dónde laborar... ¡en Mérida!

Es más, aunque no estará tan bien pagado, el señor Trump prefirió descansar y comenzar una nueva vida profesional: como 'maistro' albañil.

Y tan contento está que, con su nueva labor, podría cumplir uno de sus sueños más anhelados, que es construir o levantar una buena albarrada, que no muro, para delimitar su formal racismo entre mayas, mestizos y dizque criollos yucas con su supuesto ADN hitleriano, o sea, "fuchi a todo lo que no sea blanco y güero".

Aparte de ello, parece ser que Donaldcito elegirá Kanasín, Tixkokob o, chance, Mama (a un lado de Tenabo), para recluirse un buen tiempo, estar en penitencia continúa, confesar sus pecados y aspirar a que algún aprendiz de pastor, ministro o sacerdotizo lo absuelva de sus errores, como pellizcarle las nachas a su Melania.

¡Make albarradas great again! ¿O cómo iba la jugada?

Y el segundo, la noche del domingrillo fue detenido, encarcelado y con baja temporal un oficial de la Policía estatal, o sea, de la heroica Secretaría de Seguridad Pública (según los lambiscones), cuando elaboraba un “peritaje corporal” a equis damita, pero en horario de chamba.

El cachondón caso se registró como a las 20:00 horas, cuando vecinos de la calle 120 entre 85 y 87 de Villa Caucel, reportaron al 911 que un oficial-perito de la SSP, a bordo de la unidad 6001, estaba “calentando la cena” con una damita.

Al lugar arribó otra unidad policiaca y los agentes comprobaron que su colega de profesión estaba en pleno “tete a tete”, casi a punto de turrón y con la macana lista para darle su estate quieto a su “revoltosa” pareja.

Descubierto en plena maniobra, el fogoso oficial fue apañado por sus superiores y puesto en una fría celda para que se le quite lo caliente. Aparte, tendrá baja indefinida y sin goce de sueldo.

En pocas palabras, chance y no reciba su aguinaldazo por sexoso. ¿Y la “Dulcinea” de Villa Caucel? Pues, con seguridad, se quedó con las ganas de… (ya saben).

PRIMERA CAIDA.- Los electores decidieron, con sus votos, al próximo presidente de los gringos.

SEGUNDA CAIDA.- Los policías locales también tienen ansias apretujadas.

TERCERA CAÍDA.- Y, a todo esto, ¿quién de los personajes principales de ambas historias se quedó más como burro en primavera?

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