Una consulta y una impropiedad

Felipe Escalante Ceballos: Una consulta y una impropiedad

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ACERA, BANQUETA Y ESCARPA. Desde Miami la gran mezzosoprano dramática Conchita de Antuñano, la mejor cantante internacional de ópera nacida en Yucatán, honra a esta columna con una pregunta muy interesante: ¿Cuál es la palabra correcta: acera, banqueta o escarpa?

Los yucatecos empleamos indistintamente las tres voces mencionadas. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, la expresión correcta es acera: “Orilla de la calle o de otra vía pública, generalmente enlosada, sita junto al paramento de las casas y particularmente destinada para el tránsito de la gente que va a pie”. Esta definición es clara y exacta.

Las otras voces, banqueta y escarpa, no son sinónimos de “acera”. Según el mismo DLE, banqueta es un asiento de tres o cuatro pies y sin respaldo; o también, banco corrido y sin respaldo; y el mismo lexicón nos dice que únicamente en Guatemala y México se llama banqueta a la acera de la calle, es un mexicanismo.

Por último, la escarpa se refiere al “declive áspero del terreno; plano inclinado que forma la muralla del cuerpo principal de una plaza; plano inclinado opuestamente que forma el muro que sostiene las tierras del camino cubierto”. Según esas definiciones, llamar escarpa a la acera es una impropiedad. Gracias por el tema, querida Conchita.

SERVICIALES Y NO SERVILES. El Ing. Luis Hoyos Schlamme reanuda sus actividades como cazador de gazapos. En la prensa local divisa un buen espécimen y lo envía con dirección a nuestra honda. La noticia se refiere a la nueva dueña de un restaurante, quien decidió conservar la planta laboral de la anterior propietaria porque, según ella, esos empleados “son personas capacitadas, generosas, serviles y con toda la disposición de trabajar en un concepto nuevo”.

Como no se trata de personajes de la política, sino del personal de un restaurante, el Ing. Hoyos considera que debió de decirse serviciales (prontos a complacer y servir a otros) y no serviles, ya que “este último término es peyorativo y su significado implica el sometimiento total de modo rastrero a la autoridad de alguien”. Muy cierto, apreciado amigo, al utilizarse la palabra “serviles” con un uso distinto al que realmente tiene, se ha incurrido en un vicio del lenguaje llamado impropiedad.

Imposible desperdiciar esa vistosa pieza. Alistamos la resortera, la cargamos con un buen pedrusco y lanzamos el disparo; el gazapo cae a tierra y lo guardamos en el sabucán. Muchas gracias, don Luis.

Hasta el próximo tirahulazo.

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