Un gazapo jurídico y otro beisbolero

Felipe Escalante Ceballos: Un gazapo jurídico y otro beisbolero.

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ROBO INMOBILIARIO. Un periódico peninsular tituló como “Giro en robo inmobiliario” una información relacionada con el despojo de un terreno.

Según la ley, el robo se comete mediante el apoderamiento indebido de una cosa ajena mueble. Menuda complicación habrá tenido el comprador del predio, pues, para consumar el robo es preciso y necesario trasladar a otro lugar el bien objeto del ilícito que, en este caso, es un inmueble. Quienes realizaron esa operación notarial de compraventa no realizaron un robo inmobiliario, cometieron los delitos de falsificación de documentos y fraude, por los que obtuvieron un lucro indebido.

Como quien no quiere la cosa la honda sale de su escondite. El primer disparo del día produce sus efectos en el “robo inmobiliario” y el gazapo jurídico reposa en el morral.

¿CUÁL JUEGO VIO? Las prisas por terminar la edición del día son un gran enemigo de los redactores de los periódicos. Como ejemplo de ello tenemos una crónica de béisbol. El reportero, al reseñar el tercer juego entre los Bravos de León y los Leones de Yucatán, escribió: “y en la octava, gran lance de Cristian Adames en la quinta sirvió para el segundo aut”. ¿Esa jugada defensiva ocurrió en la quinta o en la octava entrada?

Más adelante el propio cronista dice: “La novena entrada la despachó en tres enemigos Yermín Guduán, ayudado por la atrapada de Adames”. ¡Ah!, el redactor no se decide: ¿En qué episodio se dio la gran jugada del tal Adames, el quinto, el octavo o el noveno? Es obvio que el periodista quedó muy impresionado por ese lance, pues lo recordó en tres entradas distintas.

Y un par de días después, al comentar las incidencias de ese partido, el mismo cronista dice: “Dalton Rodríguez, en relevo a Thompson, sacó un aut enorme con par de ponches en situación de bases llenas”. ¡Sacó un aut con dos ponches! ¿Cuál juego vio ese comentarista?

La resortera dirige un fuerte disparo a la crónica deportiva redactada de prisa, sin cuidado y sin revisarse el texto. Un gazapo más a la buchaca.

OLOR A FÉTIDO. Según el vocero de la fiscalía de Nuevo León, los policías hallaron el cadáver de una joven desaparecida varios días atrás por el reporte de los empleados de un hotel, quienes se quejaron de “un fuerte olor a fétido”.

La palabra “fétido” significa hediondo, que arroja de sí mal olor. Esa voz lleva implícita en su significado el concepto de olor. Los empleados del hotel no se quejaron de un fuerte “olor a fétido”, sino de un olor fétido, que huele muy mal. El mencionado vocero oficial incurrió en un solecismo por falta de sintaxis, no consultar el Diccionario y hacer mal uso de las palabras. Este vicio se comete contra la exactitud y pureza del idioma.

El tirahule dispara con fuerza un grueso guijarro, el pétreo proyectil se impacta en el “olor a fétido” y un tercer gazapo engruesa el contenido del sabucán. Concluimos la cacería y nos despedimos por esta semana.

Hasta el próximo tirahulazo.

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