Don Luis Hoyos Schlamme le entra a la cacería de gazapos y envía a esta columna una pieza hallada en la primera plana de un diario local: “El Senado de la República decidió anteanoche, en su sesión nocturna”…

El novel batidor nos comenta: ¡Caray! Si fue anteanoche, no creo que haya sido matutina la sesión.
En efecto, Sr. Hoyos, halló usted un error de redacción llamado pleonasmo, vicio gramatical en el que se emplean más palabras de las necesarias para entender la oración. Bastaba con decir: “el Senado de la República decidió anteanoche”…

El columnista, como si fuera un matador de toros veterano, cede el arma mortal a don Luis. Éste toma la alternativa como cazador y, tras brindar su actuación al público lector, con certero disparo del tirahule cobra su primer gazapo, el cual deposita cuidadosamente en el sabucán.

CITADO A COMPARECER

Un noticiario televisivo informa que con motivo de la balacera desatada en Culiacán el titular de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, fue citado a comparecer ante la Cámara de Diputados, en San Lázaro.
Como que no se escucha armoniosa esa expresión “citado a comparecer”. Acudamos, pues, al otrora llamado tumbaburros y ahora Diccionario de la Lengua Española.

(Desde luego, no nos referimos al tumbaburros de las redes sociales que tanto detesta nuestro líder de la cuarta transformación. ¡Dios nos libre de meternos en los recovecos de la política!).

La palabra citar significa avisar a alguien señalándole día, hora y lugar para tratar algún negocio. “Comparecer” es presentarse alguien en algún lugar, llamado o convocado por otra persona, o de acuerdo con ella, es decir, que ha sido citado.

Así, pues, al llamamiento de los diputados don Alfonso debió de comparecer, precisamente en cumplimiento del citatorio.
Entonces, en la noticia televisiva no era necesario decir “fue citado a comparecer”, sino únicamente que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana fue citado por la Cámara de Diputados para tratar los lamentables sucesos ocurridos recientemente en Culiacán. ¡Otro pleonasmo a la vista!

Ante la presencia de la errata la resortera entra en acción, el gazapo cae víctima del duro impacto y lo guardamos en la alforja.

Hasta el próximo tirahulazo.