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LABOR INÚTIL. Uno de los escasos seguidores de esta columna –que en ese aspecto se asemeja a la de don Armando Fuentes Aguirre, Catón, quien presume tener cuatro lectores-, nos comentó en días pasados que esta cacería de gazapos es una labor inútil; muchos que emplean la pluma como medio de comunicación seguirán incurriendo en errores.

Tiene razón el conspicuo lector. El jefe Martiniano opina del mismo modo. En ocasiones pensamos que nuestra labor es una pérdida de tiempo. Pero eso no nos desanima. No hay queja. Por el contrario, nos entretiene y divierte. Donde menos se espera salta la liebre, es decir, el gazapo.

No pretendemos que todos los escritores u oradores sean muy diestros en materia del lenguaje, pues este tirahule se quedaría sin chamba. Gracias a esas fallas seguimos colaborando con Novedades Yucatán.

UN MUERTO Y OCHO FALLECIDOS. Comenzamos la cacería de hoy. De pronto aparece un ejemplar enviado por el contador Juan López Rodríguez, diestro batidor que en busca de gazapos hurga en la selva de noticias de la televisión capitalina. El título es de lo más llamativo. Dice así: “Imprudencia al volante. Un muerto y ocho fallecidos”.

¡Ah, caramba! No nos queda clara la información. ¿Qué se quiso decir? ¿El muerto no falleció? ¿Los ocho fallecidos no murieron? Repitamos un lugar común muy empleado hace más de medio siglo: ¡Averígüelo Vargas!

Por las prisas para terminar a tiempo los trabajos estos errores son muy frecuentes en las redacciones de los periódicos y de los noticiarios televisivos. Siempre habrá gazapos en esas oficinas.

La honda envía fuerte pedrada al muerto y los ocho fallecidos, el disparo surte sus efectos y la primera pieza de hoy reposa en la buchaca.

COMPLETAMENTE GRATIS. En la televisión de la Ciudad de México el actor conocido como El Negro Araiza da a conocer unos maravillosos trastos para cocinar y luego un cartel anuncia: “Llame ahora y reciba un segundo sartén completamente gratis”.

Procastinemos para la semana próxima la masculinización de la sartén y vayamos al otro error: Está mal usada la expresión “totalmente gratis”, el redactor ha cometido un pleonasmo. Basta con decir que la otra sartén es gratis para entender la idea.

“Gratis” es de gracia o de balde, es un obsequio y conlleva la idea de su totalidad. Si el presente fuera de la mitad de la sartén, ello sería un descuento o una rebaja en el precio, pero no sería parcialmente gratis.

La resortera entra en funciones, una pedrada “completamente gratis” derriba al gazapo y el sabucán queda lleno.

Hasta el próximo tirahulazo.

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