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Buenos días, amables lectores. El tiempo apremia, por lo que con prontitud iniciamos la cacería de hoy.

SE QUITA LA VIDA CADA 45 HORAS. Don Mario Chacón Medina, distinguido batidor de gazapos, nos envía el título de la información publicada en un antiguo periódico local: “Frente a otra pandemia. La depresión muestra en Yucatán una de sus consecuencias más devastadoras: el suicidio, un fenómeno que no distingue sexo ni edad.- Cada 45 horas se quita la vida una persona”.

¡Asombroso! ¡Una persona se quita la vida cada 45 horas! ¿Será que resucita y vuelve a suicidarse?

Comenta don Mario: Esa persona es como el ave fénix. Y luego opina: Sería mejor decir “Cada 45 horas hay un suicidio”.

No queda más que empuñar la resortera, colocar una piedra en el cuerito, tensar las ligas y enviar el disparo hacia el gazapo. La primera pieza del día reposa en la buchaca.

MENORES CRECIDITOS. El mismo ejemplar del día de ese diario trae una breve noticia: “Tratan de huir al ver la patrulla”. El corresponsal en Tizimín –saludos, amigo Tono Alcocer- refiere que en su rutina de vigilancia agentes de la SSP detuvieron a dos personas que portaban cannabis.

Dice el informe que la unidad oficial circulaba por las calles de esa ciudad oriental, cuando los uniformados se percataron de dos menores a bordo de una bicicleta, que trataron de huir al ver la patrulla; y al revisarlos les encontraron sendas bolsas con hierba, al parecer enervante, por lo que fueron detenidos.

Concluye: “Se identificaron como Miguel Ángel T.R., de 26 años de edad, y Luis Manuel M.C., de 32”.

¡Ah!, como que esos dos menores ya están creciditos. Son menores muy mayores. Una vez más la honda entra en acción y dirigimos durísima pedrada hacia el gazapo. Un segundo ejemplar cae a tierra y lo depositamos en la talega.

EXPORTACIÓN ENCAUSADA. Un batidor que prefiere el anonimato nos envía la noticia publicada en el periódico de casa: La Cámara Nacional de la Industria del Vestido está de plácemes, pues “la exportación de ropa casual y guayaberas ya empezó a encausarse de nueva cuenta”.

¿Encausarse? ¿A la exportación le formaron una causa para proceder judicialmente contra ella? No. La exportación ya empezó a encauzarse, es decir, abrirse cauce, encaminarse, dirigirse por buen camino.

Nuestro modesto explorador opina: “¡Cómo una sola letra cambia el sentido de la oración!”. Pues, a lo que vinimos, tirahule. El duro pedrusco se impacta en la exportación encausada. El gazapo es derribado sin remedio y lo guardamos en el sabucán.

Hasta el próximo tirahulazo.

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