Un neologismo y el oso ladrador
Felipe Escalante Ceballos: Un neologismo y el oso ladrador
EPICENTRO. A muy temprana hora, desde la hermosa Valladolid el abogado Roberto Montañez Ávila nos comenta un noticiario televisivo de Las Estrellas. Dice el apreciado amigo: La conductora de ese programa llama “epicentro” a una población fronteriza donde se concentra el mayor número de indocumentados que pretenden asilarse en los Estados Unidos de América.
¿Hubo allá algún terremoto?-, pregunta don Roberto. No, estimado colega, no hubo ningún sismo, sino un gazapo al utilizarse una palabra con un significado diferente al que realmente tiene. El Diccionario de la Lengua Española nos dice: “Por lo general, el epicentro es el sitio donde se producen los destrozos más importantes causados por el terremoto”. Entonces, para señalar el lugar con mayor número de indocumentados basta con decir que es el centro -no el epicentro-, pues no se trata de un temblor de tierra.
Antes de emplear la resortera acudimos a la computadora y en alguna de las distintas redes sociales dedicadas al idioma español vimos una nueva descripción de epicentro: “Persona o lugar real o figurado desde el que parte una cosa o en el que se origina algo que tiende a propagarse”. Esta acepción aún no es reconocida por la Academia, es un neologismo; pero su uso se extiende y tal vez algún día sea la segunda acepción de “epicentro”.
Para insistir en que la conductora de televisión cometió un gazapo, podríamos decir que el epicentro de los indocumentados está en un país suramericano y no en nuestras fronteras. A pesar de ello, no nos detendremos en ese análisis, pues excedería el espacio dedicado a esta columna. Retiramos la honda y aguardamos por otras piezas de caza.
LADRIDO DE OSO. Desde hace más de un siglo en las Ligas Mayores de Béisbol de los Estados Unidos participa el equipo “Chicago Cubs”, al que se le representa por un oso pequeño. En español ese grupo es llamado “Cachorros de Chicago” y los cronistas deportivos también se refieren a ese conjunto como “los oseznos”. Por ese motivo, con sorpresa vimos en la sección deportiva de un periódico local la victoria de ese popular equipo con el siguiente título: “Ladrido explosivo ante Cincinnati: 10-2”.
Según el DLE el ladrido es la voz que emite con fuerza el perro. Pero, el oso no es perro; no ladra, sino emite gruñidos, o sea, la voz ronca de los animales cuando amenazan. En el título de esa información el “cabecero” utilizó una palabra equivocadamente e hizo el oso (cometió un error). La noticia debió titularse “Gruñido explosivo ante...” Ahora sí, el tirahule está listo para entrar en acción. Certera pedrada derriba el barbarismo y ese bonito ejemplar termina en el sabucán. Hasta el próximo tirahulazo.