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Nadie puede negar dos activos del presidente Andrés Manuel López Obrador: el primero que es un animal político, que sabe medir los tiempos y las formas para replegar a sus opositores a los que les llama “conservadores”; otra de las virtudes de que hasta hoy presume es la lucha contra la corrupción, ya que la honestidad va mucho más allá de no robar el dinero público.

La extradición del exdirector de Pemex Emilio Lozoya tiene varios objetivos: transparentar los actos de corrupción de las tres últimas administraciones que encabezaron Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, pero los tentáculos de esta investigación pueden llegar hasta el expresidente Carlos Salinas de Gortari y acorralarlo como en su momento lo hizo el expresidente Ernesto Zedillo al llevar a la cárcel a su hermano Raúl Salinas de Gortari. Desactivar a Salinas de Gortari significa llegar hasta el dueño del circo.

Los mensajes como el de mantener al director de la CFE, Manuel Bartlett, quieren decir: no me importa lo que hiciste o haces, siempre y cuando estés en el barco de la 4T, y el encarcelamiento de la extitular de la Sedatu Rosario Robles, es una advertencia a la izquierda para que no se equivoque.

El caso de Emilio Lozoya es utilizado para recordarle sus posibles actos de corrupción y parar de golpe y bajar de una posible nueva candidatura al excandidato presidencial de Acción Nacional Ricardo Anaya, ya que significaría que tenerlo en las boletas sería una fuerte losa que tendrán que cargar otra vez los albiazules.

En el Partido Revolucionario Institucional trasciende que la posible implicación de involucrar en actos de corrupción al exsecretario de Hacienda Luis Videgaray, quien, además, fue el coordinador general de campaña en 2012 de Enrique Peña y como secretario de Hacienda era a la vez el presidente del Consejo de Administración de Pemex, es una maniobra para frenar a la más poderosa facción del PRI, el Grupo Atlacomulco.

De manera perversa en el tricolor trasciende que uno de los mejores cuadros de este instituto político, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, prefirió bajarse y mandar un mensaje de paz. Otro de los políticos peninsulares que serán recordados es el extitular de la Secretaría de Energía Pedro Joaquín Coldwell.

No es descabellado que un importante grupo de políticos tricolores que en los doce últimos años tuvieron vigencia busquen refugio en el Verde Ecologista y por su medio se acerquen a Morena.

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