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Uno de los mensajes políticos implícitos que surgen del arribo de la diputada federal del PRI Dulce María Sauri a la presidencia de la Mesa Directiva para el tercer año de la LXIV legislatura del Congreso de la Unión es que el presidente Andrés Manuel López Obrador no va a dudar en realizar alianzas con algunos grupos y liderazgos priistas con tal de que su proyecto de la cuarta transformación tenga la mayoría de las posiciones que entrarán en juego en la contienda electoral de 2021.

El presidente, más que vetar al diputado del PT Gerardo Fernández Noroña para que no arribara a la presidencia en la Cámara Baja, demostró que puede sacrificar a sus aliados históricos o de lucha con tal de realizar alianzas con grupos de poder si éstos auguran la consolidación de su proyecto personal.

El pasado 30 de agosto, con 278 votos a favor, 112 en contra y 64 abstenciones, Dulce María no logró la mayoría calificada para ser la nueva presidenta en la Cámara de Diputados; el líder de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y a su vez de la bancada de Morena, Mario Delgado, y un grupo de legisladores de su fracción parlamentaria operaron contra la yucateca, lo que motivó que el presidente expresara que se debe “actuar con rectitud”.

Bastó la expresión presidencial para que el líder de la Jucopo se viera obligado a retroceder en sus pretensiones de vetar a Dulce María. Se demostró que en la 4T hay un solo mando y es de López Obrador. Ello, a su vez, le permitió mandar otro mensaje entre líneas a sus legisladores y compañeros de partido: que en el futuro de las candidaturas o de la continuidad política, la disciplina y las circunstancias políticas tendrán mayor peso, más allá de estar en las filas de Morena.

Y es que el 1 de septiembre, cuando la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, fue a entregar en San Lázaro el segundo informe presidencial, no dudó en posar, saludar y estar al lado de la exgobernadora de Yucatán y de quien en ese momento era la presidenta de la Mesa Directiva, la panista Laura Rojas, pero también la funcionaria fue muy efusiva cuando saludó e intercambió palabras con al senador Jorge Carlos Ramírez Marín.

Otra yucateca que estaba presente y se le vio desesperada por saludar a la enviada presidencial fue la senadora postulada por el Verde Verónica Camino Farjat, “Mocita”, que sólo recibió el saludo de cortesía.

Por otra lado, hay dos serias aspirantes a la Presidencia Municipal de Mérida: por el PRI, Dulce María Sauri, y por el PAN, Cecilia Patrón Laviada.

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