|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En este proceso electoral es necesario que nos replantemos qué país queremos en lo inmediato y a mediano plazo, cuestionarnos ¿Es importante que existan contrapesos al poder presidencial? o estamos en el rumbo correcto. En estudio que realizó el Colegio de México denominado “Hacia un Estado de bienestar para México” señala que nuestro país no puede posponer por más tiempo la creación de un Estado de bienestar que involucre a los ciudadanos, empezando por los más vulnerables. La pandemia del Covid-19 ha evidenciado la extrema insuficiencia del sistema de protección social frente a los riesgos sanitarios y las crisis económicas.

Tenemos un sistema de seguridad social inequitativo, fragmentado y residual, cuando lo que necesitamos es un régimen universal de bienestar. Ante la falta de ese tipo de soluciones, el Estado ha implementado políticas asistenciales que poco hacen para paliar la pobreza, la desigualdad y la falta de movilidad social. El origen socioeconómico de los ciudadanos sigue determinado su futuro. De 100 personas que nacen en el más bajo, 50 permanecerán en él. Necesitamos un Estado de bienestar que nos proteja de los riesgos sociales a los que estamos expuestos durante el transcurso de la vida, que genere capital humano por medio de la educación, que provea servicios sanitarios de calidad garantizando la igualdad.

El surgimiento del nuevo virus SARS-Cov-2 y su propagación en el mundo provocó en 2020 dos crisis paralelas: una sanitaria y otra económica. Con la evidencia disponible, podemos confirmar que lamentablemente estas crisis afectan con mayor intensidad a quienes viven en situación de pobreza, un ejemplo de desigualdad son los ciudadanos yucatecos que fueron a vacunarse a los EEUU, mientras que miles de ciudadanos siguen esperando la oportunidad de hacerlo, ya no se diga a los enfermos de cáncer que siguen exigiendo y con justa razón que se les atienda, pero solo han encontrado denostaciones por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el cáncer es una enfermedad que se lucha contra el tiempo.

En México el sistema de seguridad social no protege a toda la población y, por lo tanto, no puede hacer valer el derecho a la salud de los mexicanos, en especial, de quienes menos tienen. Los efectos no se limitan a ellos, sino que se extienden a la sociedad en general debido a la pérdida de productividad y al decrecimiento de la economía. Por lo anterior, la lección de este año es contundente: debemos renovar el Estado de bienestar tanto para superar la crisis doble que nos aqueja hoy como para prepararnos para eventos futuros similares.

La revista Forbes reporta que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), advierte que aquellos países que mayores mejoras han tenido de cara a la cobertura universal presentan un gasto en salud del 6% o más de su Producto Interno Bruto (PIB). Gasto de salud en México (AÑO- % PIB) 2010-2.8%, 2012-2.9%, 2014-2.8%, 2016-2.7%, 2018-2.5%, 2020-2.5%. Es en este sentido que destacan países como Estados Unidos, que invirtió, el año pasado, un 14.38% de su PIB en salud, seguido de otros, como Alemania, que destinó 9.91%, o Japón, con 9.32%.

En el futuro inmediato no se va a ver mayor inversión en materia de atención en la salud, ya que la prioridad de la 4T es garantizar los programas asistenciales que fortalecer a las instituciones entre ellas la de salud.

Lo más leído

skeleton





skeleton