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En las costas de Yucatán existen diminutas moléculas que tienen un gran potencial en la industria farmacéutica, pero también existen otras que sirven a la gran industria cosmética, la abundancia de moléculas denominadas péptidos no ribosomales tiene una aplicación amplia, ya que sirven como antibióticos, como biosulfatantes, inmunodepresores etc. Las otras moléculas que contienen retinol y las fotoliaseas se utilizan en la industria cosmética, las primeras proporcionan un plus a las cremas, pues hacen que perduren más tiempo en el anaquel, en el caso de las fotoliaseas tienen como función molecular la reparación del ADN producidos por daños UV, al agregar estas fotoliaseas a las cremas lo que se genera es revertir el daño celular. 

Todos estos descubrimientos son parte del Observatorio Genómico de la costa de Yucatán, creado por expertos de la Facultad de Ciencias de la UNAMSisal, que permitirán a mediano y a largo plazo conocer los microorganismos que existen, ya que se enfocan a la atención ambiental y la biotecnológica. 

El Dr. Mario Alberto Martínez Núñez responsable del proyecto precisa que la idea del Observatorio Genómico, en una primera etapa, es hacer un muestreo para detectar cuáles son las comunidades bacterianas, las especies que habitan en la costa de Yucatán, ya que estamos en estados ambientales contrastantes, lo que se hace es muestrear en lugares conservados cómo son las reservas estatales de el Palmar, Bocas de Dzilam y Rio Lagartos. Además se muestrea en los estados ambientales opuestos, lugares contaminados que han sido alterados por la actividad humana, como Sisal o Progreso. 

Se ha encontrado en los lugares conservados desde el punto de vista de la biotecnología, una mayor abundancia de moléculas llamadas péptidos no ribosomales y que sirven en la industria farmacéutica. Desde el punto de vista ambiental en lugares contaminados, estas comunidades bacterianas tienen una mayor actividad de rutas metabólicas asociadas a la degradación de compuestos contaminantes, lo que no está presente en los lugares conservados, eso es lo que se ha encontrado hasta este momento, estas rutas biosintéticas encargadas de la degradación de contaminantes en las zonas afectadas, y estas rutas biosintéticas en mayor abundancia son las responsables de producir metabolitos secundarios encargadas de producir los péptidos no ribosomales. 

La finalidad a mediano plazo es combatir la contaminación, “queremos integrarnos con la biología sintética que va a crear microrganismos para degradar, esa es la idea entre otras aplicaciones”, indica el especialista. Este trabajo lo realiza la Dra. Suemy Rodríguez, quien es investigadora postdoctoral de la Marina de los EEUU, y es quien ejecuta la indagación del diseño de estos circuitos biosintéticos que son introducidos a bacterias domesticadas y que permiten su manipulación molecular, las herramientas para realizarlo son del Observatorio Genómico, en donde se describen e identifican moléculas, además de unir las ciencias ómicas con la biología sintética. 

Las rutas biosintéticas descritas a través del Observatorio Genómico indican que se puede llevar a cabo la degradación de estos xenobióticos, y que después se utilizan las bacterias modificadas en una restauración ambiental, luego de un derramamiento de hidrocarburos, plaguicidas o metales pesados.

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