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Morena la esperanza de México es un lema que los seguidores del presidente Andrés Manuel López Obrador conocen perfectamente, en la llamada cuarta transformación que tanto presume el tabasqueño, quien prometió atender a los pobres, terminar con la mafia del poder y exhibir a los militantes del PRI y PAN, a quienes aglutinó con el mote PRIAN.

De los políticos formados ideológicamente en el llamado nacionalismo mexicano, que tanto fomentó el PRI en su discurso dándoles sentido e identidad, hoy, resulta que algunos ex revolucionarios institucionales quieren sumarse a las expresiones de la izquierda que se encuentra en el poder.

Si algún activo tiene el presidente López Obrador es que le gusta la polémica, no disfruta que le señalen sus errores, menos si la crítica viene de la academia que ha sido y será pilar fundamental del debate, del conocimiento y la reflexión. Parece que existe la idea equivocada de que, por recibir dinero del Gobierno federal, el pensamiento universitario tiene que estar en concordancia con el discurso presidencial y legitimarlo en las aulas universitarias.

Durante mucho tiempo, López Obrador expresó que los políticos que gobernaron el país, sobre todo los del llamado PRIAN, son los únicos causantes junto con los empresarios del empobrecimiento y la desigualdad que se vive en el país y que tenían como único eje rector la corrupción. Pero en la realidad las diferentes corrientes de Morena y el mismo Presidente actúan de manera muy distinta a la que predican, para el caso de Yucatán, se observó que en la pasada contienda electoral el senador y líder de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, pactó la candidatura a la alcaldía de Mérida con una fracción del PRI que encabeza el ex gobernador Rolando Zapata Bello, y como consecuencia designaron a la senadora Verónica Camino, los resultados llevaron a esta candidatura al tercer lugar.

En otro ejemplo, en 2018 cuando Andrés Manuel fue candidato de Morena, pactó en Yucatán con una parte del PAN y sumó a su movimiento al ex panista Joaquín Díaz Mena, al que un día el ex presidente Vicente Fox llamó el futuro presidente de la República. Cuando Díaz Mena compitió para acceder al Gobierno estatal, quedó en tercer lugar.

No es secreto que las disputas por la candidatura presidencial en Morena están entre la Gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el senador Ricardo Monreal y el Canciller Marcelo Ebrard, lo que genera desencuentros e incluso, puede observarse cómo unos apoyan todo lo que expresa López Obrador y otros marcan sus diferencias.

Vemos en Yucatán a René Bejarano –indultado por AMLO-, esposo de la morenista Dolores Padierna, quien en la pasada elección perdió la alcaldía Cuauhtémoc y es acérrima enemiga del senador Ricardo Monreal. Bejarano vino a pactar con la otra parte del PRI, la que encabeza la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, y el ex candidato perdedor al Gobierno del estado, Mauricio Sahuí. Los morenos dejan atrás el discurso de la corrupción del PRIAN para sumar en sus filas a los ex tricolores, haciendo a un lado a la gente fundadora de Morena.

Está claro que la disputa que tienen las corrientes morenistas por alcanzar la candidatura presidencial se puede observar a través de los grupos antagónicos de Rolando Zapata con Ricardo Monreal, y el de Ivonne Ortega y Mauricio Sahuí con René Bejarano y Claudia Sheinbaum... y el discurso de “no somos iguales”, ¿dónde quedó?

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