Por más que buscamos, la palabra que mejor define el ambiente que predomina entre los inversionistas mexicanos y extranjeros que quieren aportar a la producción de energía eléctrica en nuestro país es incertidumbre.

El viernes 24 de este mes, hace tres días, este periódico puso el siguiente título a su nota principal de la sección nacional-internacional: “Aplasta gobierno su plan energético”, y enseguida una bajada en la que explica que “Incumple con el proyecto de nación 2018-2024 que presentó el Ejecutivo al inicio de la administración, afirma experto”.

La información, avalada por el periódico Reforma en funciones de agencia noticiosa, explica que la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) acaba de darle luz verde a una serie de modificaciones presentadas por la Comisión Reguladora de Energía, y en las que se establecen nuevas reglas y trabas que dificultarían o de plano impedirían que las empresas de cualquier ramo puedan comprar la electricidad que necesitan a cualquiera que la produzca, o si quieren, producirla ellas mismas.

Reforma apunta, citando a Daniel Salazar, quien encabeza la compañía Cogenera, que cuando López Obrador presentó su proyecto de nación, en éste afirmó que se incentivaría la eficiencia energética y la cogeneración de energía, además de “impulsar decididamente la cogeneración en todas las industrias”.

Inversionistas del sector eléctrico consultados para este artículo opinaron que el más reciente viraje avalado por Conamer ha quebrado la decisión de “muchísimos” capitalistas internacionales de poner su dinero en México para hacer empresa y generar empleos, precisamente en momentos en que más falta hacen éstos en medio de la lucha –a menudo mortal– que libran los mexicanos contra la pandemia del Covid-19.

¿Cuál es el escenario que ven los inversionistas del sector eléctrico de aquí al fin del sexenio? Uno lleno de incertidumbre, como ya le decíamos al principio de este artículo. Y quien crea que ese negro panorama sólo afecta a “los ricos” se equivoca, o le falta organizar y realizar la revolución que algunos tipos de político creen que tendría que ser la base para que México al fin cambie y se desarrolle.

En el México real se necesitan capitales, nacionales o extranjeros, para crear empresas, generar empleos, distribuir mejor la riqueza y reducir la pobreza o miseria, para todo lo cual al gobierno le correspondería generar las condiciones de aliento y justicia ineludibles.

En la próxima entrega para El poder de la pluma explicaremos cómo una mujer que vive en Texas puede escoger entre cinco opciones, incluso cada hora, cuál tarifa del servicio eléctrico quiere pagar. ¿Cómo puede hacerse eso ahí, mientras en nuestro sufrido país, tan lleno de corruptos y tan escaso de educación general, pagamos lo que quiera cobrarnos el monopolio de la energía, que incluso presume en cada estado de cuenta el subsidio que nos “regala”?