Economía descuidada y amenaza para el agua
Gínder Peraza Kumán: Economía descuidada y amenaza para el agua
En la semana que acaba de terminar hubo tantos anuncios, tantas informaciones, buenas y malas, pero todas importantes, que decidimos abordar hoy dos asuntos en esta columna. Haremos comentarios breves para apoyar las siguientes ideas: 1) Hay un evidente desorden en la conducción de la política económica, que debería ser quizá la más importante para un gobierno nacional; y 2) el tren maya va a pasar por las selvas y montes bajos quintanarroenses, campechanos y yucatecos, destruyéndolos y poniendo bajo amenaza el singular y muy valioso subsuelo peninsular.
Veamos si podemos compactar en 2,850 (más o menos) caracteres, incluyendo espacios, esos dos temas.
1) Resulta que al presidente Andrés López, como le pasaba al Chavo del Ocho, “se le chisporroteó” y reveló que el Banco de México ya había decidido subir en medio punto porcentual la tasa de interés de referencia, que el Banxico maneja bajo total discreción y hermetismo, pero el tabasqueño, infringiendo los reglamentos respectivos, se adelantó en el anuncio. Como es el Presidente, ni disculpas ofreció, a pesar de que podía haber causado una debacle financiera al país. Otro signo del descuido económico es que el índice inflacionario rebasó el 7.2% la semana pasada (su mayor nivel en 20 años), evidenciando que también falta vigilancia sobre la evolución de los precios de bienes y servicios.
¿Otra prueba del desorden que hay en la economía? Va: la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunció este viernes 25 que en el primer mes de 2022 el sector público tuvo un déficit fiscal de 64 mil 533 millones de pesos, el más elevado para un enero en los últimos seis años. Como Ud. sabrá, en todos los países hay expertos que trabajan vigilando las finanzas públicas y elaboran cálculos y pronósticos que les deben servir a quienes gobiernan para tomar decisiones acertadas para la economía. Esos expertos hacen bien su trabajo, pero quienes gobiernan a menudo prefieren proteger sus intereses políticos en vez de cuidar las condiciones en que viven sus gobernados.
2) El Tren Maya (nosotros lo ponemos con mayúsculas porque, aunque es un proyecto, ya tiene nombre propio: no hay otro tren maya en el mundo) no sólo está arrasando con valiosas selvas y montes peninsulares, sino que también les va a partir su mandarina en gajos (disculpe el lenguaje juvenil de este sesentón) a numerosos cenotes y grutas subterráneas, además de los ríos y depósitos de aguas cristalinas que atesoramos orgullosamente. Todos deberíamos cuidar que esos tesoros líquidos sean respetados, pues de lo contrario cualquier día vendrá la Conagua y pondrá tuberías para llevárselos a zonas del país donde literalmente la gente se está muriendo de sed. Por cierto, ¿se acuerda usted de las “Casas del agua” que se instalaron en muchos municipios, y que prácticamente no sirvieron para nada?