Patricio rompe la “regla de oro” (y IV)
Gínder Peraza Kumán: Patricio rompe la “regla de oro” (y IV).
En el capítulo 5 de “Interiores- El ocaso de un gigante”, el autor recoge un señalamiento político que decía que México, y Yucatán en particular, “dormían en un letargo cívico” cuando apareció en escena un personaje del que se hablaría mucho: Carlos Loret de Mola, uno de los fundadores del PAN en esta entidad y que luego llegó a la gubernatura aupado por el PRI.
Don Carlos Loret, de antigua amistad con don Carlos R. Menéndez Navarrete, llegaba a la Redacción del Didy los domingos a eso de las 8 p.m. y quien esto escribe, redactor de la primera plana, compartía con él los adelantos de notas que mandaban “El Universal” y “Excélsior”. Por teléfono, Loret le dictaba a su hijo Rafael qué temas debían ir en la portada de cada uno de sus dos periódicos, uno de ellos en León.
“Interiores…” tiene 18 capítulos y entre los puntos polémicos que sostiene Triay Peniche está que el Diario sí era incorruptible en realidad, como lo reconocían sus propios enemigos. Y también dice algo que puede caer como un mazazo sobre los detractores de la “Biblia”: el Didy no aceptaba convenio con ningún nivel de gobierno, hasta que un panista rompió esa regla de oro: el gobernador Patricio Patrón Laviada.
Triay dedica muchas páginas a dar su versión de por qué “Carlitos” (así insiste en llamarle), el actual director de Megamedia (que incluye al Didy), ha llevado “de fracaso en fracaso” a ese consorcio.
Otro tema que apasiona a Triay es el de la vida y obra de Víctor Cervera Pacheco (q.e.p.d.), único yucateco que ha sido dos veces gobernador de su estado, y quien guardaba especial relación con el director Menéndez Navarrete, quien tenía en Triay a su máximo hombre de confianza.
Capítulos interesantes (tres) abordan la relación Diario-Iglesia Católica, y los que subrayan la cercana relación que tuvo el espiteño tanto con el director Menéndez N. como con el jefe de Información que hizo grande a la sección Local, Jorge Muñoz Menéndez.
En el capítulo XVI narra la forma en que el Didy trató de impulsar al Diario de Campeche, proyecto que suscribieron don Rubén Menéndez Navarrete (don Carlos no lo hizo) y el gobernador del vecino estado Eugenio Echeverría Castellot, que sólo duró unos meses y fue “un fracaso total”.
El espiteño dedica el último capítulo, el XVIII, titulado “El Diario se cae a pedazos”, a desmenuzar las malas decisiones que han llevado a la prensa mexicana al borde de la extinción. Ese capítulo incluye el siguiente, lapidario señalamiento: “La lucha incansable del Diario ‘Por la Verdad, la Justicia y la Patria’, sostenida durante casi 100 años (…) se ha venido abajo (…) De la noche a la mañana dejó de ser la oposición que sostenía en el estado los valores fundamentales cívicos, civiles y religiosos, y su canto de batalla suena hoy a un canto de jilguero”.
La obra está a la venta en librerías Dante, la librería de la Uady anexa al teatro Carrillo Puerto (centro) y las oficinas de Grupo Rasa.