Periodismo, democracia y leyes para el desarrollo
Gínder Peraza Kumán: Periodismo, democracia y leyes para el desarrollo
El pasado martes 7 será inolvidable para muchos de los que todavía nos dedicamos al ejercicio del periodismo impreso y eso es porque vimos al fin que varias asociaciones periodísticas estuvieron representadas en una reunión que tuvo como sede el edificio de la Canacintra, en Circuito Colonias casi con avenida Pensiones, donde se expusieron los objetivos de una gran tarea que se han echado a cuestas los que estaban presentes y muchos de sus representados: organizar, darle leyes y echar a andar una agrupación formal que asuma la ingente tarea de defender, educar o capacitar, ayudar, proteger y, en suma, acompañar el diario quehacer de los trabajadores de la pluma, de los medios impresos.
No faltó en esa reunión quien recordara que el gremio periodístico yucateco carga o cargaba con el doble estigma de, primero, tener prohibido que trabajadores de diferentes empresas hagan amistades entre sí; y segundo, no saber cómo organizarse para echarse la mano, sobre todo en las últimas etapas de su vida.
¿Y tiene esto importancia para el ciudadano común?, preguntarían algunos. Claro que sí, nos atreveríamos a responder, y explicaríamos: Sin libertad de expresión –precisamente este derecho conmemoramos ese martes 7– no hay democracia, ¿y quién tiene como trabajo vigilar que sean respetadas la vida y las leyes democráticas? Pues los periodistas, entre los primeros.
Seguramente está usted informado acerca del creciente número de casos de periodistas asesinados en México, país que está considerado como el más peligroso del mundo para ejercer la profesión.
Con toda la importancia que tiene cuidar la vida de los ciudadanos, el proyecto de iniciativa de ley que se empezó a ventilar el lunes 7 no se limitará a ese aspecto, sino que también abordará, entre otros muchos temas, la necesidad de que los profesionales de la pluma mejoren la calidad de su trabajo y aspiren así a mejores salarios.
Será desde luego una ley justa, que enseñe a los periodistas que como trabajadores una de sus obligaciones es cumplir con amplitud y conciencia las tareas que se le encomienden, y que como en cualquier ramo laboral tiene la obligación de buscar perfeccionarse en su oficio, porque con ello no sólo mejora él, sino también la empresa a la que sirve.
Los buenos trabajadores de los periódicos hacen votos por que los esfuerzos que acaban de empezar rindan opimos frutos, sobre todo porque precisamente en la actualidad la prensa escrita se enfrenta a una dura competencia con los medios digitales, y en esa batalla ya se han perdido decenas de plazas laborales. Así que la consigna general de la iniciativa de ley que se busca sería mejorar el producto que se vende, cuidar la economía de las empresas y exigir a las autoridades todas que cumplan su labor de garantizar la seguridad de los periodistas y sus familias. Vamos a darle tiempo al tiempo.