Democracia a conveniencia
El poder de la pluma
“Al diablo con sus instituciones”. Así arengó a la multitud en 2005 un Andrés Manuel muy distinto al presidente que conocemos. Estaba luchando contra su desafuero y por su candidatura a la presidencia en 2006. La frase fue replicada cientos de veces en los medios de comunicación, cambiándola por “al diablo con las instituciones”. Aquello fue denunciado como un desprecio de AMLO por las bases del Estado y no, como él ha señalado muchas veces, como un señalamiento de que las instituciones nacionales estaban corrompidas por grupos políticos que dominaban la vida pública del país.
El lector recordará que en ese tiempo Andrés Manuel denunciaba que los Órganos Constitucionales Autónomos -como el IFE- o los órganos de impartición de justicia -como el Tribunal Federal Electoral- estaban secuestrados por “la mafia del poder”, sobre todo en la organización y calificación de las elecciones, pues, según sus propios discursos, se trababa de impedir “el cambio verdadero” en el país por medio del aval a fraudes electorales y criterios legales que buscaban frenar su llegada al poder.
Tampoco olvidará usted que, en aquel tiempo, la mayor parte de los personajes políticos acusaban de loco a Obrador. Señalaban su aparente obsesión con el poder y decían que sus descalificaciones a las instituciones no eran más que el reflejo de su frustración y el no saber perder. En todo momento figuras como Vicente Fox y Felipe Calderón salieron en defensa de las autoridades electorales. Incluso -finalmente- con el triunfo de AMLO en 2018, Calderón -ese que orgullosamente sostuvo haber ganado haiga sido como haiga sido- dijo que incluso en ese momento el INE actuó conforme a derecho, que a ver si AMLO iba a protestar.
Pero todo cambia de un día para otro y para algunas personas lo legal se vuelve oscuro en la conveniencia. El viernes pasado le fue negado a México Libre, organización liderada por Calderón y Margarita Zavala, el registro como partido político. El criterio utilizado por el INE fue el de analogía por mayoría de razón: para anular una elección presidencial, basta con que el candidato ganador supere en 5% o más el tope de gastos de campaña. Esta es una falta grave y, por tanto, si una agrupación que pretende ser partido supera este porcentaje en sus ingresos no identificables, no debe concederse el registro. México Libre obtuvo casi el 9% de sus ingresos de fuentes no identificables y a juicio de los consejeros del INE esto es razón suficiente para negar el registro.
Y de pronto a los antiguos defensores de las instituciones se les acabó el amor, se cansaron de defender al INE y ahora, sobre todo el ex presidente Calderón, se dedican a acusar de fraudulenta, vendida, corrupta y secuestrada a la autoridad electoral. Ahora que ellos se sienten agraviados y casualmente ahora que no están en el poder, ahora sí, el INE se vendió y con él la democracia. El mundo al revés.
Extra: Innecesario el mensaje de AMLO del sábado celebrando la decisión del INE. Daña la figura presidencial y demuestra su persistente resentimiento contra Felipe Calderón. Debe mantenerse fuera de los temas electorales.