Promocionando Yucatán
El poder de la pluma
El fin de semana pasado, sin duda la atención la acaparó la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur) del estado, a la que se reclama haber invitado a “influencers” (personas con fama en redes sociales y que supuestamente causan impacto por su gran número de seguidores en las mismas) para promocionar el turismo en nuestra entidad. La excusa es que, dado que tienen un alcance de millones de personas en redes sociales, son una manera viable de llegar a determinado público y atraer gente a Yucatán. Según la titular de la Sefotur, ningún “influencer” está cobrando un solo peso por esta promoción. Todo lo hicieron “por buena voluntad” y el hospedaje, alimentos, transporte y actividades corren por parte de prestadores de servicios privados con los que se realizaron las “gestiones pertinentes”.
Derivado de lo anterior, un sector de la opinión pública ha alzado la voz con indignación. En primera instancia, se ha demostrado -los mismos sujetos han publicado fotos que lo prueban- que estas personalidades han pasado por encima de todas y cada una de las normas de seguridad y sanidad que, a fin de mitigar la propagación del Covid-19, el gobierno del estado ha impuesto a los yucatecos. A modo de ejemplo, se les ha visto pasear por zonas arqueológicas en grupos grandes, sin cubrebocas y desobedeciendo las instrucciones de los trabajadores del INAH, quienes ante esta penosa situación informan que procedieron a expulsarlos de Uxmal. Esto no detuvo el desprecio a las reglas que tanto promueve el gobierno, pues se les ha visto en lugares como Izamal y otros sitios en los que realizan actividades que ponen en riesgo la integridad del patrimonio (como lo hicieron en el ex convento) y que además ponen en riesgo a la población yucateca y a sí mismos al no seguir las instrucciones de las autoridades.
Lo peor es que es la misma autoridad quien ha impulsado y dado el visto bueno a estas conductas. El discurso que se lee por parte del gobierno es que 1) las reglas que impone a los yucatecos para mitigar el Covid-19 sirven de poco, pues no importa si se rompen o no; 2) para algunas autoridades hay ciudadanos de primera y de segunda, pues intente usted ir a Uxmal sin cubrebocas, y 3) el interés económico y la venta del capital cultural están, para aquellos que fomentan estos sucesos, por encima de la salud y la congruencia.
Parece haber una obsesión por parte de las autoridades de turismo por querer promocionar al estado a toda costa; ya sea gastando millones en traer congresos sin impacto local real, realizando festivales en zonas arqueológicas con autorizaciones cuestionables o aplaudiendo conductas de riesgo de “personalidades”, mientras se restringe hasta el absurdo a la población local. ¿Ese Yucatán se quiere promocionar?
Por último, aprovecho para comentar que hay otra razón por la que muchos yucatecos se quejan: que sean foráneos quienes promocionen Yucatán. El debate no debe ir por allá, pues no es su lugar de origen el que debe cuestionarse, sino sus actitudes y el aplauso que por ellas les da la autoridad.