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No cabe duda de que la noticia de la semana en nuestro apartado Estado, fue el anuncio de Mauricio Vila como “presidenciable” por parte del Partido Acción Nacional. Diferentes voces de la comentocracia nacional han explicado que el gobernador yucateco no tendría ni la más remota posibilidad de ser candidato, pues es apenas conocido en el sureste y más allá de las fronteras del mayab apenas se ha escuchado su nombre un par de veces, la mitad por la publicidad que promociona a Yucatán en otras entidades y cargada, claro, al presupuesto de comunicación del Estado y de la Secretaría de Turismo.

Pero quien suscribe estas líneas difiere completamente de las opiniones que ven pocas posibilidades a la fórmula Vila. Si lo que en México se conoce como “la oposición” tuviera un proyecto de país para ofrecer a la ciudadanía, si existiesen cuadros fuertes, consolidados y vistos con buenos ojos ante la opinión pública; si los candidatos postulados por esa oposición fueran ortodoxos en cuanto a las formas y principios partidistas, entonces quien hoy gobierna Yucatán no sería una carta viable para el PAN y sus posibles aliados. Sin embargo, es obvio que los hoy opositores, a tres años de la elección presidencial, no cuentan con ninguna de las antes mencionadas.

El Gobernador de Yucatán es, en cambio, el candidato que hoy más conviene a esa oposición. De hecho, de no ser porque Marko Cortés del PAN lo destapó, cualquiera creería que sería el perfil perfecto de un candidato de Morena. Nadie puede negar las habilidades políticas del mandatario yucateco quien, muy al estilo del mismo Andrés Manuel, ha sabido rodearse de experimentados y ya conocidos operadores políticos de varias fuerzas partidistas. Basta echar un ojo a su gabinete y a las personalidades que van ocupando cargos en instituciones públicas para darnos cuenta de la escuela que ha dejado el oficialismo federal y a la que suelen llamar pragmatismo. Y de hecho, después de las elecciones intermedias que acaban de pasar se demuestra que esa escuela sirve y que la mezcla de operadores y actores políticos, aunque ideológicamente sean totalmente opuestos, es capaz de ganar elecciones. También al igual que a López Obrador, el mandatario yucateco gobernará con mayoría holgada en el Congreso estatal.

De no ser porque ni Ebrard ni Sheinbaum lo permitirían, Vila probablemente encajaría perfecto en el proyecto de Nación de AMLO, pues comparte sin problema estas nuevas formas de hacer política y de la filosofía “todo por ganar”. Por eso sostengo que tienen en sus manos tanto el PAN nacional, como sus muy seguros aliados, el PRD -y en una de esas hasta el PRI- un perfil apto de cualquier espacio en el espectro político, en donde el proyecto y la ideología son, lo sabe usted muy bien, que no hay proyecto ni ideología.

Y por supuesto, tan necesitado está el bloque opositor nacional de un nombre para candidatear, que cualquiera será igual de bueno para llenar los espacios y cumplir el compromiso mediático. No se me emocionen.

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