|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El cine no ha dejado de ser un instrumento importante para mantenernos entretenidos en casa, mientras nos encontramos resguardados; el momento lo exige y para apoyar a esta labor le traigo recomendaciones de otra cinematografía latinoamericana: la de Chile.

De acuerdo con Paula Bell, dos momentos marcan el inicio del cine chileno: “El primero, el 27 de julio del año 1900 (…), la exhibición de ‘Carreras de Caballos en Viña del Mar’ en el Salón Olimpo de Santiago y, el segundo -y más mencionado como el primer momento del cine nacional-, el 26 de mayo de 1902, cuando por primera vez artistas chilenos retrataron la realidad del país exhibiendo, en el teatro Odeón de Valparaíso, ‘Ejercicio General de Bombas’, dirigido (o más bien filmado) por el camarógrafo de la empresa estadounidense American Biograph Eduardo Howley”.

Así inicia la historia de la industria fílmica en Chile, avanzando con el tiempo, de acuerdo con las circunstancias. De toda la gama de directores y cintas realizadas en más de siglo y cuarto, quiero destacar a dos directores, conocidos por sus relevantes trabajos en todo el mundo: Miguel Littín y Alejandro Amenábar.

Sin duda, uno de los grandes momentos en la carrera de Littín fue la cinta “El Chacal de Nahueltoro” (1969), producida por la Universidad de Chile. El filme narra las atrocidades comeditas por José del Carmen Valenzuela Torres, un campesino multihomicida, quien en 1960 le quitó la vida a su pareja y los cinco hijos de ésta.

El largometraje, protagonizado por Nelson Villagra y Shenda Román, narra diversos momentos críticos que pudieron llevar al Chacal a cometer ese acto. La descripción del asesino y su entorno son piezas clave en el relato visual del director y permiten al espectador adentrarse en la cabeza y el mundo del asesino. Indudablemente una cinta recomendable para verla en casa.

Alejandro Amenábar es un director más popular que Littín por sus premios Goya y Oscar y el reconocimiento internacional que estos galardones le otorgan a los cineastas.

De Amenábar le quiero recomendar “Mar Adentro” (2004), el filme que le valió los reconocimientos antes mencionados, por narrar la historia de Ramón Sanpedro, un escritor y marino que en su juventud sufre un accidente que lo deja tetrapléjico y atado a una cama por 30 años, hasta que decide morir por la aplicación de la eutanasia y lucha para conseguirlo.

Esta coproducción con España, Italia y Francia fue protagonizada por Javier Bardem y Belén Rueda y está basada en una historia real, que por cierto tiene ese sello de crudeza impuesto por Bardem en su notable interpretación. Otra recomendación necesaria.

Lo más leído

skeleton





skeleton