|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La comedia no es lo mío, por ello, evito en la medida de lo posible hablar de cintas de este género, más aún cuando hablamos del cine hollywoodense y los filmes de pastelazo y representaciones inverosímiles, que solamente destacan porque un actor o actriz de moda tiene el papel protagónico, pero hoy no me pude resistir a hablarle de “Medio hermanos” (Half Brothers, Estados Unidos, 2020), la nueva cinta que protagoniza Luis Gerardo Méndez y que, siendo estadounidense, tiene un toque mexicano, más precisamente guanajuatense.

El género en este caso se convierte en una herramienta narrativa, pues, de la mano del cineasta Luke Greenfield, nos permite apreciar la historia de un caso de migración muy peculiar, que facilita la sensibilización con el tema y con los actores sociales que se relacionan en ese mundo tan complejo y multifactorial.

En esta ocasión, el filme nos cuenta la historia de Renato, un joven mexicano que ha logrado una especie de éxito en el plano económico y social, al menos eso nos muestra el filme, aunque también nos deja claro que vive asolado por un recuerdo que le trae un sinfín de traumas, me refiero al viaje de su padre como migrante a los Estados Unidos y la compleja ausencia de su vida.

El detonante del filme llega en el momento más álgido en la vida de Renato, es decir, cuando está por casarse y recibe una llamada inesperada que le pide ir al otro lado, pues le avisan que su padre está en su lecho de muerte y quiere hablar con él.

El joven decide emprender un viaje en el que, además de charlar con su padre en sus últimos momentos de vida, conoce a su medio hermano y emprende un viaje, que evidentemente nos deja ver la necesidad de Renato por emanciparse de los sentimientos guardados durante muchos años en torno al viaje sin regreso de su padre.

La delicadeza con la que se trata el tema (si no es que la superficialidad), le otorga a esta comedia ligerona buenas expectativas ante un público bastante amplio y heterogéneo, que seguramente le permitirá vender muy bien en taquilla o en las plataformas, pues la pandemia ha transformado radicalmente la asistencia a las salas.

Sin duda, una cinta medianamente recomendable en la que lo más destacado es el trabajo histriónico de Luis Gerardo Méndez, aunque es de lo más sobresaliente que está en cartelera en estos momentos.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

Lo más leído

skeleton





skeleton