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Allende los asuntos derivados de la pandemia que nos sigue asolando, echemos una mirada al derredor y aprovechemos, cual pinceladas, hacer conciencia de varios temas que estamos dejando de atender -como seres humanos-, cuando de salud en el siglo XXI hablamos. Cada día es más común ver que gente menor o de cuarenta años se infarta, tiene ruptura de aneurismas, hipertensión arterial, diabetes mellitus o intenta suicidarse. De tal manera que las enfermedades crónico-degenerativas, que antes afectaban a los adultos mayores, ahora las vemos con frecuencia entre la gente joven.

Los excesos en el trabajo, estrés, exigencias sin mediar análisis ni cuestionamientos hacia cualquier servidor, llámese del área privada o institucional, están orillando a la aparición de problemas que repercuten en las esferas bio-psico-sociales. Con lo anterior, la pregunta lógica que nos haríamos sería: ¿qué factores o elementos de la vida son los favorecedores de los riesgos mencionados?, pues te comento:

En primer término mencionaría a la microbiota, que son microrganismos que se encuentran de forma normal en distintas partes del cuerpo y cuando se dañan podrían explicar en parte epidemias como la obesidad o enfermedades inmunológicas como el asma y artritis. ¿Alguna vez se han preguntado por qué la psoriasis aparece más en la parte posterior (atrás) y no anterior (adelante) de brazos y piernas? Luego entonces escogen zonas para proteger, y cuando algo las destruye favorece al desarrollo de alguna patología. Ahora entienden sobre algunos tipos de cáncer.

¿Sabía usted que existe un sistema de defensas conocidas como inmunoglobulinas del tipo A, que viven en nuestro intestino y pueden ser violentadas cuando este ambiente de microbiota se altera con los alimentos y sustancias agresivas como los anabólicos que les inyectan a bovinos, cerdos y aves? ¿O los pesticidas utilizados en los campos de vegetales, amén de conservadores de alimentos para que puedan durar en un supermercado meses, según su país de origen?

Ni qué decir del estrés, con excesos en las presiones laborales, inequidad entre la oferta y demanda, las quejas sentidas sin fundamento legal, abanicadas por los pseudolitigantes que pululan cual avispero africano, o carroñeros de los terrenos baldíos. ¿Hacia dónde vamos en este mundo con los escenarios planteados?

Para concluir, sólo les invito a la reflexión y les conmino a sumar esfuerzos. En este momento lo que más necesitamos es la unión, el apoyo, la suma de estrategias y con el conocimiento conjunto sacar adelante este país y la salud del pueblo mexicano. Con lo anterior quiero emular a Antonio Lozano Gracia y su libro La fuerza de las instituciones , poder, justicia y seguridad pública, escrito en 2002. Comprométete con tu salud, no vaya a ser que otra pandemia nos agarre fuera de forma.

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